Muchos son los ciudadanos que mantienen viva la tradición de recordar sus raíces y llevar flores a sus familiares fallecidos en cualquiera de los cementerios de Palma y de Mallorca, pero cada vez son más quienes huyen de las aglomeraciones.
Así las cosas, la festividad de Tots Sants y, mañana, de los Fieles Difuntos, se viene celebrando en la mayoría de los cementerios de la Isla con antelación.
Desde hace una semana es frecuente ver coches aparcados en la rotonda de Son Valentí, así como personas con coronas de flores o ramos en el Camí de Jesús.
Las personas enterradas son cada vez más numerosas, al igual que los familiares vivos, y las necrópolis no dan abasto para aglutinar a todos en un solo día. La visita escalonada a los seres desaparecidos es algo que se repite desde hace varios años en la Isla. Las tradiciones cambian. Es el caso del mercadillo que se instala en la calle Jesús en Les Quatre Campanes. Este año sólo se han montado tres puestos de flores. Las razones que alegan los responsables es que se han quedado fuera de lugar: «Hay que venir aquí de manera expresa para comprar las flores. El carril bici, la calle de una sola dirección, la dificultad para aparcar y, desde luego, el viento y la lluvia nos han aguado el negocio», lamentaron ayer.
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