Imagen tomada el pasado mes de noviembre del estado del Lluís Sitjar. | M. À. Cañellas

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El dictamen de los técnicos de Cort concluye que el estadio Lluís Sitjar se encuentra en estado de ruina económica, ya que el coste de su reparación o rehabilitación supera en una proporción de tres o cuatro veces más el 50% de su valor actual.


Por tanto, los propietarios tienen un plazo máximo de seis meses para derribar el Lluís Sitjar. En concreto, dos meses para hacer un proyecto de demolición e iniciar las obras y cuatro meses para finalizar la demolición. El plazo empieza a contar a partir del momento en el que se realiza la notificación a los propietarios, que se iniciará mañana, tras ser aprobada en la gerencia d'Urbanisme.


En el caso de que los propietarios no lo hagan voluntariamente, Cort procederá de forma subsidiaria a la ejecución de la demolición.


Actuaciones inmediatas


La declaración de ruina implica actuaciones más inmediatas. Así, los propietarios tienen un mes para desalojar a las personas que puedan estar ocupando de forma irregular el estadio, tapiar todos los agujeros de la fachada para impedir los accesos al estadio, reconstruir el muro de cierre de la zona oeste (zona de la tribuna descubierta) y sujeción de la baranda exterior.


La decisión de iniciar el expediente de ruina se tomó sobre la base de un informe inicial elaborado por los técnicos del servicio de protección de los edificios e ITEs en octubre de 2010, en el marco de un expediente incoado a consecuencia de una denuncia policial y otra de un particular, así como el incendio declarado el pasado 31 de agosto en el estadio.


Fuentes municipales señalaron que al inicio de la declaración de ruina se presentaron ocho alegaciones: una del Real Mallorca y siete de particulares. De ellas, tres cuestionan la declaración de ruina y las otras cinco aspectos relacionados con la tramitación del expediente. Sin embargo, los técnicos las han desestimado y han dictaminado que el Lluís Sitjar está en ruina.


Como adelantó Ultima Hora, el Ajuntament de Palma ha pagado horas extras a los funcionarios para que acelerasen los trámites que permitan la demolición del Lluís Sitjar. Según calculan fuentes municipales, si se cumplen los plazos el estadio estará demolido a final de año.