Los grandes colegios concertados aguantan mejor la situación que los más pequeños.

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Los colegios concertados de las Islas están al «borde del colapso» económico e incluso «peligra la supervivencia de alguno de ellos», aseveró ayer Marc González, el representante legal de Escola Católica, la patronal que aglutina a la mayoría (78) de los centros religiosos que existen en las Islas.

El Govern balear deberá, a 30 de diciembre, 9 millones de euros al conjunto de los colegios concertados, de los que 7 corresponden a los centros asociados a Escola Catòlica. «Nos deben seis meses completos, desde julio, y necesitamos urgentemente que se paguen al menos dos meses y también que a partir de ahí se fije un calendario de pagos, de lo contrario nos tememos lo peor», avisó González.

Situación terminal

Los que se encuentran en «situación terminal» son sobre todo los colegios más pequeños, ubicados en pueblos o en zonas de Palma socialmente modestas e, incluso, deprimidas, «pues son centros que no pueden contar con la ayuda que los padres de alumnos de los colegios más grandes, los de la zona de Son Rapinya, realizan a través de la cuota de las APAS». Y es que ahora mismo, aseguró, «con estas aportaciones voluntarias los padres de estos colegios grandes están apoyando y dando crédito a los centros».

El portavoz de la patronal reconoció que «nunca antes habíamos tenido una vía de dialogo tan fluida con la Conselleria d´Educació y sabemos que no es un problema de voluntad política, razón por la que hasta ahora no hemos querido ser beligerantes», pero, insistió, «la situación es límite, lo estamos pasando muy mal y si no se cobra algo ya mismo algunos centros tendrán dificultades para seguir abiertos a partir de enero». «No es alarmismo gratuito -remarcó-, esta situación es real y no la habíamos vivido nunca antes. Hay directores de algunos centros que llaman absolutamente todos los días a la patronal para preguntar si se sabe algo del cobro porque están desesperados».