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El anuncio de subida de impuestos no ha gustado nada a la oposición, no tanto por su contenido, que aún no se conoce, sino por los «vaivenes» de la política económica del Ejecutivo, según la oposición. Tanto la portavoz del PSIB, Francina Armengol, como el portavoz del PSM-IV-ExM denunciaron que el Ejecutivo está yendo «a la deriva», desde que asumió el poder. Mientras tanto, el Govern anunció ayer que las nuevas medidas tributarias se aprobarán este mismo mes, pero serán temporales, ya que los impuestos volverán a bajar cuando la situación económica mejore.

Armengol ofreció ayer una rueda de prensa junto al ex conseller d'Economia, Carles Manera, para denunciar que las medidas que piensa aplicar Bauzá tendrán efectos «letales» en la sociedad balear, especialmente por lo que respecta a los ajustes. El portavoz del PSM-IV-ExM, Biel Barceló, afirmó que la subida de impuestos no tiene que ser negativa, siempre que se aplique de manera progresiva para que pague más quien más tiene. CxI envió un comunicado en el que se mostró contrario a una subida de impuestos, mientras que UGT lamentó que se anuncien nuevos recortes.

Las propuestas

Ningún representante del Ejecutivo quiso detallar ayer el contenido de las medidas tributarias, pero el margen de maniobra del Govern es limitado si, como dijo el vicepresident Josep Ignasi Aguiló, se pretende que no afecten a las políticas de ahorro y de empleo.

El Govern tiene capacidad para aumentar el IRPF, el 'céntimo sanitario', el impuesto de matriculaciones, el canon de saneamiento y todos los impuestos cedidos por el Govern, es decir, la tasa de juego, el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, y el de sucesiones y donaciones. La subida estará, por tanto, en uno de estos tributos.

El incremento tributario es una de las direcciones en las que trabaja el Govern, pero no la única, ya que el Ejecutivo anunció la semana pasada recortes «drásticos» y «contundentes». El Govern necesita 350 millones para cuadrar sus cuentas, que tanto pueden venir de ingresos por la vía tributaria como de recortes de gastos. El departamento del vicepresident del Govern, Josep Ignasi Aguiló, ha optado por una combinación de ambas: habrá más impuestos y habrá nuevos ajustes en el gasto, que pueden venir de nuevo por la parte sanitaria del Ejecutivo.

Subasta de patrimonio

La tercera pata sobre la que se sustenta el plan del Govern se basa en la obtención de ingresos adicionales gracias a la venta de patrimonio. El conseller d'Administracions Públiques, Simó Gornés, ha pedido a todos sus compañeros del Govern que elaboren un listado con los bienes que sean enajenables. El Ejecutivo tiene previsto subastar una gran parte de estos bienes que están en desuso. En el listado, que aún no está cerrado, figuran desde ocho tumbas en el cementerio de Bon Sosec a edificios, solares en el Parc BIT, parcelas industriales en Sóller y el piso que el Govern de Jaume Matas compró hace años en las inmediaciones del Congreso de Diputados, en Madrid. De momento se está realizando la tasación de los edificios antes de ponerlos a la venta por el sistema de subasta.

El Ejecutivo aún no ha cerrado la cifra de cuánto dinero podrá obtener por esta vía, que se sumará además a los ingresos no presupuestados que se lograrán con la subida de impuestos. A los 350 millones que faltan habrá que restar esta cantidad para determinar a cuánto llegará la nueva fase de recortes. El objetivo es cerrar el año con un déficit del 1,5 por ciento, frente al 4 por ciento de este año.