CxI ha manifestado en un comunicado su absoluto respeto a los trabajadores que vayan a la huelga, pero ha indicado que considera que estos momentos de crisis económica y contracción de la actividad «no son adecuados para celebrar una huelga general» por las consecuencias económicas y sociales que puede generar.
El partido nacionalista entiende que la reforma laboral contra la que se ha convocado la huelga «era una modificación necesaria».
Melià ha asegurado que, «a pesar de tener multitud de aspectos mejorables, algunos de los cuales probablemente se resolverán durante la tramitación parlamentaria, era absolutamente imprescindible para afrontar la falta de dinamismo del mercado laboral».
El líder de la formación centrista considera que el mercado laboral necesita ganar flexibilidad y capacidad de adaptación a las situaciones económicas de las empresas, pero puntualiza que la reforma «no debe convertirse en un arma de posición dominante por parte de determinadas empresas que se utilice sin responder a situaciones objetivas y claramente constatables de dificultades económicas y de viabilidad empresarial».
Sobre los servicios mínimos, Convergència ha reivindicado que se apruebe una ley de huelga que regule y marque los requisitos para establecer estos servicios porque «es una vergüenza la inseguridad que genera toda esta situación de conflictividad y de enfrentamiento entre gobierno y sindicatos», en especial en Baleares.
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