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El conseller de Educación, Cultura y Universidades, Rafael Bosch, ha asegurado este martes que el proceso de libre elección de la primera lengua de la enseñanza, a la que podrán optar en el próximo curso alrededor de 50.000 alumnos de segundo ciclo de infantil y primer ciclo de primaria, supondrá una «agrupación flexible» de los escolares en el que no pasará «nada del otro mundo».

En respuesta a una pregunta parlamentaria, el responsable autonómico de Educación ha acusado a los partidos de la oposición de ver «no sé qué tipo de Apocalipsis» en este proceso, y ha negado que ésta vaya a tener lugar porque se producirá una «agrupación flexible».

Además, Bosch ha explicado que, una vez que su departamento tenga las cifras exactas del número de alumnos que se acojan a una u otra lengua, a los centros más pequeños que lo necesiten se les aportará «los refuerzos que toque», mientras que los más grandes podrán, o bien atender a los escolares de las dos lenguas en la misma clase, o bien iniciar la lectoescritura en clases diferentes.

Por otra parte, ha indicado que la Conselleria retiró el artículo de la orden que hacía referencia a la necesidad de que los centros educativos contactasen con la Dirección General en el caso de que el número de solicitudes para escoger una de las dos lenguas fuese inferior a una cuarta parte de la ratio. No obstante, ha explicado que este apartado «era para saber cómo programar la cuota de recursos».

Por su parte, la diputada del PSIB Cristina Rita ha criticado el desconcierto que existe en la sociedad sobre la aplicación de la libre elección de lengua y, además, ha considerado que con esta medida la educación pública en las islas «perderá calidad y costará más a los padres».

En este sentido, ha reprochado que el Govern invierta dinero en la aplicación de esta medida o en «concertar escuelas del OPUS» y, sin embargo, no disponga de recursos para otras materias como atender a las clases de refuerzo.

Líneas rojas en Educación

Por otro lado, Bosch también ha sido preguntado por el PSIB sobre cuáles son sus «líneas rojas» y ha explicado que en educación son: «que las escuelas tengan los recursos básicos, seguros y ciertos en base al presupuesto que podemos tener, que no se baje el sueldo a los docentes y que no haya problemas a la hora de acceder al sistema educativo».

No obstante, la socialista Conxa Obrador ha considerado que «nada de esto queda asegurado» puesto que Bosch «es la voz de los recortes» por ser el portavoz del Ejecutivo. «Es la voz de la segregación escolar y el responsable del desconcierto del próximo curso, de que las autopistas de la educación sean los caminos de carro», ha acusado al conseller.

Ante estas declaraciones, Bosch ha asegurado que le «honra ser el portavoz de un Govern que dentro de cuatro años se presentará habiendo salvado el desastre que nos dejaron».