El conseller de Educación Rafael Bosch, en imagen de archivo. | S. Amengual

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El portavoz del Govern, Rafael Bosch, ha declarado este mediodía en la habitual rueda de prensa de los viernes que no hay "remodelación a la vista" y que él no se siente desautorizado por el president.

En cuanto a la reducción del número de inspectores que se ha aplicado en la Conselleria d'Educació, de la cual él es titular, Bosch ha asegurado que estaba prevista en el plan de ajuste.

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Sin embargo, son cada vez más las voces que piden no sólo que se refuerce el Ejecutivo, sino que salgan del Govern algunos de los consellers: el objetivo está puesto de manera especial en la responsable de Sanitat, Carmen Castro, a quien achacan que no ha sido capaz de aplacar la rebelión de todo el sector sanitaria contra el Govern.

Parte de este descontento se plasmó en las reuniones que el president mantuvo el pasado fin de semana con los consellers. Lo que debía ser una reunión de objetivos se transformó en un auténtico examen de Bauzá a los miembros de su gabinete. Desde el Govern han confirmado que el president fue muy contundente con todos ellos, muy duro en algunos casos: les pidió que emprendan políticas activas que generen empleo y actividad en las Islas y dejen de escudarse en la falta de dinero y en los ajustes para no presentar iniciativas.