En menos de cinco minutos la plaza de sa Llonja quedó cubierta por el agua. g Fotos: J. TORRES.

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Todos coinciden: cada vez que cae una tromba de agua todo se inunda y no hay manera de que nadie lo solucione. Cuatro restaurantes de la plaza de sa Llonja (Gotic, Xim’s, Caballito de Mar y Ca’n Carlos) tuvieron que cerrar la noche del jueves debido a las consecuencias de la primera tormenta del verano, que «desbordó las alcantarillas. Aquí se juntan aguas pluviales y sucias y toda la porquería sale a la plaza. No pudimos abrir, tuvimos que limpiar las mesas, las sillas... todo. Las pérdidas pueden ascender a 4.000 euros», afirman Enrique y Clara, empleados de Xim’s.

Dos camiones de Emaya llegaron hacia las 21.00 horas, tres horas después de la tormenta. «Llegaron muy tarde. Si hubieran limpiado antes, tal vez habríamos podido abrir. Estuvimos limpiando hasta casi las 23.00 horas y el agua llegó hasta la cocina», añaden Cati y Diana, de C’an Carlos. «Antes no ocurría esto. Apareció el problema cuando reformaron Antoni Maura. El jueves fue horrible, todo se llenó de lodo, de porquería. Hemos podido perder 4.000 euros», señala Draqui, del Gotic.

«En Semana Santa del año pasado Emaya colocó una tubería gruesa en un lateral de la plaza y nos dijo que ya no íbamos a tener más problemas con la lluvia. El jueves lo de menos fue el agua, aquí no se podía estar del mal olor por la porquería que había salido de las alcantarillas. Supongo que alguien hizo las cosas mal y que habrá consecuencias. Nosotros dejamos de atender a cerca de 200 personas», afirma Guillermo Cabot, director de Caballito de Mar.