El conseller de Educación, Rafael Bosch, hoy en Palma. | M. À. Cañellas

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El conseller de Educación, Cultura y Universidades, Rafael Bosch, ha asegurado hoy que no concibe que la implantación de la libre elección de lengua para los alumnos de 6 y 7 años pueda generar problemas en un sistema de enseñanza que ha integrado en sus aulas a alumnos de casi todas las nacionalidades.

Bosch ha explicado que el tratamiento específico para el 13 % de alumnos cuyos padres han elegido que se les enseñe a leer y escribir en castellano será organizado por cada centro en el ejercicio de su autonomía, ya sea desdoblando aulas, atendiendo personalmente a cada niño o con cualquier otra de las fórmulas contempladas en función de los recursos y del número de matriculados en cada línea lingüística.

El conseller ha insistido en que la libre elección de lengua impulsada por el Govern del PP solo es la plasmación de la posibilidad de que los padres de los alumnos del primer ciclo de primaria ejerzan un derecho que las leyes les reconocen.
«No existe en esta comunidad la segregación lingüística, si por eso se entiende separar alumnos por razón de lengua», ha recalcado Bosch en respuesta a las críticas de la oposición.

Según ha subrayado, los directores de los centros «están resolviendo» los cambios organizativos necesarios en cada caso dada la variedad de situaciones existentes.

Respecto a las informaciones sobre las presiones que habrían recibido algunos padres que quieren que sus hijos aprendan a leer y escribir en castellano, el conseller ha dicho que la inspección está investigando las «cuatro o cinco quejas por escrito que se han llegado a su departamento.

No obstante, ha anunciado que de cara al próximo curso se mejorará la información a los padres sobre el procedimiento para elegir la primera lengua de enseñanza.