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Diversos empresarios y sectores afectados por la política tributaria del Govern, los cuales participaron en la protesta pública del pasado viernes en la sede de CAEB, plantean directamente que se recupere la ‘ecotasa' como fórmula más idónea para salvar las arcas autonómicas.

Mientras la portavoz del PP en el Parlament, Mabel Cabrer, asegura que los impuestos sobre los envases y las grandes superficies «van en favor de las familias» puesto que aseguran las prestaciones públicas, algunos de los sectores efectados tienen una opinión diametralmente opuesta en el sentido de que los gravámenes previstos «afectan a la capacidad del consumo de las familias». En este sentido y admitiendo las dificultades económicas en las que se encuentran las finanzas autonómicas, la propuesta que se realiza es muy clara: que el Govern recupere la ‘ecotasa', un tributo que deberían pagar los millones de turistas que cada año llegan a Balears.

Aunque, como admite Cabrer, los conservadores «lamentan» la creación de estos impuestos tras descartar un aumento del IRPF e insistió en el carácter temporal en su aplicación, los empresarios afectados insisten en los numerosos inconvenientes jurídicos y logísticos que tienen los diferentes impuestos diseñados por la Vicepresidència Econòmica, al tiempo que reiteran en su voluntad de «llegar hasta las últimas consecuencias» en su oposición.

La imagen de unidad empresarial –en la que estaba presente la gerente de la Federación Hotelera de Mallorca y la presidenta de Restauración– ha causado preocupación en el Govern y el propio Partido Popular, aunque se descarta con rotundidad recuperar la ‘ecotasa' –o fórmula similar– que ideó el Pacte de Progrés en la legislatura entre 1999 y 2003. Una destacada dirigente del PP fue clara al señalar que «si quieren la ‘ecotasa' que salgan y lo digan».

Empresarios que han participado en las negociaciones bilaterales con Vicepresidència Econòmica han admitido que en el Govern «no quieren ni oir hablar de la ‘ecotasa', consideran que es un tema tabú. Les da pánico reabrir la polémica con el sector hotelero por las consecuencias que ya tuvo en el pasado».

En este sentido se insiste en que la situación actual no es comparable a la de hace una década y que, en la actualidad, está asumida la tributación. «Lo que no se tienen que repetir son las formas», admiten.