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La noticia del día de ayer en Costitx era la entrada de Maria Antònia Munar en la cárcel. En los bares del pueblo que vio despegar la carrera política de la expresidenta del Consell, los periódicos se lo recordaban a los vecinos. El tema estaba en el aire, pero los comentarios entre los habitantes de Costitx eran pocos. Los que aún la defienden evitaban hacerlo ante la prensa.

Lo más repetido fue la diferencia entre la condena de Munar y la de Jaume Matas. El alcalde de la localidad, Antoni Salas, aseguraba que «mucha gente me ha dicho que UM ha recibido un trato más duro que otros partidos». Las causas que tiene pendientes Munar y los procesos que afectan a otros políticos daban la sensación a los vecinos de Costitx de que la Justicia no ha terminado su actuación.

Algunos comentaban también que, además de otros miembros de la clase política balear, los «costitxers que se han beneficiado durante años de Munar» y uno de los vecinos aseguraba que «la mitad del pueblo vivió de ella cuando era alcaldesa». Aún así, el sentimiento general era de lástima por la familia de la antigua presidenta del Parlament balear. Al tratarse de un pueblo pequeño, de menos de 2.000 habitantes, son muchos los que conocen o tienen relación con Munar o sus allegados. Es por eso que Antoni Salas pidió «respeto por su familia».

El alcalde insistió en que «esta situación me parece de ciencia ficción». Salas añadió que «sólo puedo decir que su gestión como alcaldesa fue brillante y escrupulosa». Además, expresó su deseo de que «la Justicia, igual para todos, haga salir a la luz la verdad». Como otros habitantes de Costitx, Salas declaró que «no es agradable ver a ningún vecino del pueblo pasar por lo que está pasando Munar».

Son muchos los costitxers que ayer compadecían la situación de Maria Antònia Munar. Pero el «quien roba tiene que pagar por ello» también estaba muy presente entre los vecinos de la localidad. Casi todos coincidían en la sorpresa del desenlace de esta historia.