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Durante los meses de verano habrá inspectores de Transports cada día en el aeropuerto de Palma para combatir la oferta ilegal. Así lo comunicó ayer el director general de Transports del Govern, Juan Salvador Iriarte, en el transcurso de una reunión, ya prevista, con AENA, Ajuntament y representantes de los transportistas.


El objetivo es evitar que los taxis piratas ejerzan su actividad de manera ilegal en Son Sant Joan. El mes pasado la actuación de un taxi ilegal indignó el sector y motivó una protesta que acabó colapsando las salidas del aeropuerto, lo que obligó a la policía a intervenir para restaurar la normalidad.

La recogida de pasajeros está estipulada por ley, de ahí que no se puede comercializar ningún tipo de servicio de transporte privado en el aeropuerto. Los viajeros que llegan no pueden contratar un servicio, de modo que solo pueden utilizar el autobús de la EMT o coger un taxi en la cola, en caso de no tener contrato previo.
Sin embargo, la Administración se encuentra con dificultades para multar los casos ilegales. Los infractores siempre argumentan que transportan a amigos durante las inspecciones.

Prueba de ello es que, de acuerdo con las cifras de inspección de Transports, en 2013 se llevaron a cabo 108 controles en el aeropuerto, más de la mitad en verano, y se inspeccionaron 1.721 vehículos con un total de una infracción.

Por ese motivo, este verano se intensificará la vigilancia en la zona de llegadas, en el ‘hall' del aeropuerto. «Nos vamos a centrar en este aspecto, ya que es ahí donde se negocian los viajes, actividad que está prohibida», detalló el director general.

Policía

Además de una mayor actividad por parte de la inspección de Transports, también se intensificará el control policial, indicó Juan Salvador Iriarte.
El problema de la piratería en el aeropuerto no es nuevo y hace años que el sector del taxi quiere acabar con esta práctica que va en detrimento de su negocio, muy dañado ya por la crisis.