Lo seguro es que la Generalitat ya tiene un pie al otro lado de la línea roja. Su hoja de ruta hasta la «proclamación de la república catalana» dentro de año y medio pasa por la creación de un banco central y una hacienda propia, nada menos. Y no es que nadie ceda. Es que nadie tiene voluntad de hablar con el contrario. Todavía no se sabe quién será el próximo presidente de España. Pero es que ni Rajoy, ni Sánchez, ni nadie de Madrid ha expresado la más mínima intención de sentarse a negociar con Puigdemont. No hay nadie en mitad de la línea roja dispuesto, al menos, a establecer un diálogo.
Los desprecios se suceden. Felipe VI no recibió a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que el lunes le tenía que informar de la designación de un nuevo president.Fue la que gritó: «¡Visca la república catalana!». Por su parte, Puigdemont ha mostrado desprecio hacia Rajoy porque «está en funciones». Y encima, el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, ha apelado a la Guardia Civil como garante del orden constitucional. Lo que faltaba para completar el duro.
Desde Mallorca, como desde todas partes, se comienza a ver que el choque de trenes podría convertirse en imparable. Parece como si interesase tanto a Rajoy (que puede salvar el poder) como a Puigdemont (que ve a un Madrid más débil que nunca). Mientras desde los poderes mediáticos capitalinos se escuchan expresiones cada vez más duras contra la Generalitat e,incluso, contra los catalanes en general. ¿Quién será capaz de parar eso para, al menos, poder enfocar el problema con moderación?
Mientras, los intentos de Pedro Sánchez de formar un Gobierno que excluya al PP son cada vez menos consistentes. Las presiones que sufre desde dentro y desde fuera de su partido le empujan a formar parte de un Gobierno constitucionalista de concentración. En este contexto, la situación no puede ser más difícil. ¿Hasta donde se tensará la cuerda? ¿Irá la Generalitat hasta el final con su 'full de ruta'?
Son preguntas inciertas en una hora muy difícil donde nadie quiere tender la mano. La línea roja ya parece hierro candente, demasiado candente.
7 comentarios
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Es la cuarta vez que intentan separarse de España. En el fondo nunca lo han querido. La burguesia catalana, la mas corrupta de europa es la causante de ello cuando les recirtan sus privilegios. Ahora la culpa de este furor independentista la tiene la UDEF. A que si sr. Pujol? I que a un burgués capitalista le invista una cosa llamada las cup anticapitalistas antieuro antitodo tiene tela. Mientras tanto a vivir del FLA y los demás a joderse tocan!
Pues nada que quieren saltarse la ley, pues nada se les detiene, se les juzga y se les inhabilitan. Tan facil como eso
Por supuesto que el Monarca ha hecho bien en no querer recibir a una Forcadell y por supuesto que Rajoy ha hecho bien al no agradecer los servicios prestados a Mas...Es lo que se merecen los que están llevando a Cataluña con menos de la mitad de los votos hacia la independencia...Demostrando que de democráticos nada de nada...incluyo a la CUP unos simples anticapitalistas vendidos al capital de la burguesía catalana. El gobierno de España en funciones o el siguiente actuará de forma contundente...jurídicamente hablando en cuanto la línea roja sea traspasada de forma inequívoca y créanme los independentistas por mucho que pretendan enmascarar las cosas están en ello.¿Que pasa si no se acatan las Leyes dictadas por los Tribunales? Nada...Como ocurre, siempre, cuando hay un rebelde se actúa con la fuerza y la contundencia necesaria para reducirlo y créanme somos mucho mas fuertes.
Aquí se sent, sobretot, l'eco d'allò que diuen a Madrid i els mitjans controlats per Madrid. Ai,mal PROVÍNCIA.
Ni desprecios ni ocho cuartos. Cada uno interpreta el papel que tiene asignado en el guion y que sus seguidores le alientan a interpretar. El Rey de España no recibió a la presidenta del parlamento catalán porque de haberlo hecho,los españolistas le habrían vituperado y el nuevo presidente de la Generalitat de Catalunya ha obviado la lealtad al Rey de España y a la Constitución española porque el presidente de un país que se considera independiente aunque no lo sea en realidad todavía no promete lealtad al vecino sino a los suyos.
Pues si, mientras tanto, la administración funciona, las empresas producen, los niños van al colegio y los hospitales siguen siendo punteros. Muchas cosas deben mejorar, pero toda esta historia del "problema catalán" no es más que la decadencia de una casta política, tanto la nacional como la catalana, que no quiere dejar el poder. Y no quiere porque hay muchos intereses, familiares, expolíticos ... hasta 200.000 personas, que en caso de dar el paso a la democracia REAL en España, dejarían de vivir del cuento.
Debería haber habido más diálogo por parte del Gobierno central. Dejando posiciones políticas a un lado, hay que pensar que las elecciones catalanas dieron un gobierno con mayoría de diputados independentistas. Esto se hizo de manera democrática y por lo tanto requiere una solución democrática (y no enviar el ejército o la Guardia Civil que sería como echar gasolina al fuego). Por el bien de España y de Cataluña, lo más sensato sería olvidarse de declaraciones unilaterales de independencia y del inmobilismo de una constitución votada hace casi 40 años. Tan malo sería sentarse a hablar y por qué no, estamos en el siglo XXI, hacer un referéndum vinculante donde los catalanes decidan su futuro?