Sin embargo, Tejeiro, en el escrito de defensa que presentó en su día de cara al juicio, señalaba que en ningún momento tuvo poder de decisión alguno en Nóos como tampoco tuvo participación societaria ni formó parte de los órganos de administración del conjunto de mercantiles propiedad de Urdangarin y Torres. De hecho, alegaba que no llevó a cabo ninguna conducta delictiva ni intervino en los hechos investigados.
Junto al exasesor también están citados su hermano Luis Tejeiro, el exempleado de Nóos Juan Carlos Molinero -a quien también han derivado responsabilidades en cuanto a las negociaciones de los distintos convenios rubricados por el Instituto con las Administraciones públicas-, el empresario Carlos Medina y Naroa Marcos.
Cabe recordar cómo en su escrito de defensa Tejeiro aseguraba que aceptó el cargo de secretario «'ad honorem' y sin retribución económica» puesto que constituía «un honor y un privilegio social» formar parte de la junta directiva de la entidad «por la relevancia institucional de su composición personal» -entre sus componentes se hallaban la Infanta Cristina y Urdangarin-.
El inculpado señalaba que su designación y pertenencia al Instituto Nóos no significaba ni carga de trabajo ni dedicación efectiva «en tanto no se celebraban materialmente ni reuniones de su Junta Directiva ni de la Asamblea de la asociación». Del mismo modo, su letrado alegaba que Tejeiro no perteneció a comité ejecutivo alguno del Grupo Nóos, «cuya existencia hasta desconoce».
«Su vida profesional se desarrolló al margen de esa asociación y demás mercantiles, sin intervención alguna en la actividad que desarrollaban», incidía el abogado, de tal modo que «pese a su condición de licenciado en Derecho no asesoró ni conoció la condición contractual» del Instituto con las Administraciones públicas, de las que Nóos cobró 6,2 millones de euros, la mayor parte de cuyo destino fue presuntamente desviado a las empresas de Urdangarin y Torres.
Según recordaba, «con idéntico carácter formal y 'ad honorem'» fue designado secretario de la Fundación Areté, en la que no acometió actividad alguna, y secretario no patrono de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, considerada por los investigadores sucesora del Instituto Nóos.
En este contexto, afirmaba en su escrito que la asociación y el conglomerado de sociedades confiaron la gestoría fiscal, laboral y contable al Bufete Medina-Tejeiro, al que pertenecía. En relación al ámbito contable, señala que «no intervenía materialmente» en él y que la función «se limita y constriñe a la pura introducción mecánica del ingreso y gasto a partir de los soportes girados de facturas recibidas y emitidas».
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