Durante su declaración como testigo ante el tribunal del caso Nóos, Patricia Tejeiro ha explicado que la propuesta de contratarla se la hicieron sus tíos Ana María y Diego en un evento familiar donde además le pidieron que les dijera si conocía a alguien más a quien le pudiera interesar, algo en lo que insistieron a lo largo de los años.
De esta manera, Nóos Consultoría contrató hasta a cinco amigos suyos, de los que ninguno trabajó de verdad y uno de los cuales tenía 16 años cuando fue contratado, tal como él mismo ha contado también este viernes ante el tribunal.
Patricia Tejeiro se ha retractado de lo que declaró durante la fase de instrucción el caso, cuando dijo haber hecho encuestas para Noos Consultoría. Este viernes ha confesado ante el tribunal que mintió porque uno de sus tíos, no recuerda si Marco o Luis Tejeiro, le pidió que no declarase que no estuvo trabajando.
«Fue una situación bastante penosa familiar y lo hice. Fue una mala decisión pero lo hice», ha dicho sobre por qué mintió al juez de instrucción.
«Ahora, después de ver que encima hay una capacidad de echar las culpas en otros, cuando encima te han metido en este berenjenal, aparte de que en un juicio no se puede mentir, pues he tomado la decisión de decirlo», ha justificado.
Este viernes, en la vigesimosegunda jornada del juicio, han declarado ante el tribunal 15 testigos. Una de las personas citadas es la esposa de Marco Tejeiro y se ha acogido a la dispensa legal para no declarar por si pudiera perjudicar a su marido, que está acusado.
La declaración más breve ha sido la de otra sobrina de Torres, una hermana de Patricia Tejeiro, que nunca tuvo ninguna relación con las empresas de su tío e Iñaki Urdangarin.
Los otros catorce testigos figuraron como trabajadores en distintas empresas vinculadas con el Instituto Nóos y ocho de ellos han confesado que nunca trabajaron realmente para ellas.
De los ocho falsos empleados, ninguno sabe si los costes de esa contratación los cobró el Instituto Nóos como gastos a las administraciones que pagaron con fondos públicos los eventos Valencia Summit e Illes Balears Forum, el patrocinio de un equipo ciclista y el proyecto de Juegos Europeos, por los que la entidad percibió unos de 6 millones de euros.
Además de Patricia Tejeiro, también han admitido haber trabajado para Nóos Consultoría tres amigos suyos que son hermanos y que estuvieron dados de alta como empleados durante meses para cobrar 60 euros. «No pensé que tuviera trascendencia, no tenía los conocimientos como para saber lo que estaba pasando», ha descrito uno de ellos.
También un cuñado de Marco Tejeiro ha admitido haber sido dado de alta unos once meses en otra de las empresas (Intuit) y haber cobrado por ello 60 euros mensuales aunque no trabajó. Ha detallado que a él se lo propuso su cuñado por iniciativa de Torres.
Si bien durante la investigación del caso declaró ante el juez de instrucción que había hecho encuestas, el cuñado de Torres también ha admitido que mintió al juez: «Estaba un poco presionado por el abogado y, siendo un familiar, hice lo que me dijeron que hiciera pero eso no es cierto», se ha justificado.
Una empleada que estuvo contratada y dada de alta en la Seguridad Social entre 2005 y 2007 en la empresa Aizoon, ha confesado ante el tribunal que tampoco trabajó para esa sociedad, que es propiedad de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina al 50 %.
La mujer ha relatado que cuando hizo una sustitución de tres días como limpiadora en el Instituto Nóos y Marco Tejeiro le ofreció ser contratada. Varios días después firmó un contrato como auxiliar administrativa, le dijeron que se pondrían en contacto con ella y nunca lo hicieron, pero siguió dada de alta en la Seguridad Social en Aizoon desde 2005 hasta 2007.
Una tendera que estuvo dada de alta en Virtual Strategies y en Aizoon durante «dos años y pico», ha confesado que lo hizo «por la pensión» y que solo pasó por las oficinas a firmar el contrato.
Una trabajadora que hizo encuestas telefónicas a pymes valencianas sobre la America's Cup durante dos días, ha explicado que le pidieron que intentara que las respuestas fueran favorables a la celebración del evento de vela y ha descrito el ambiente de trabajo en la oficina del Instituto Nóos como «muy raro».
«No hablaban, parecían robots y vestían todos de la misma manera. Yo decía buenos días y no hablaban», ha detallado la empleada, que ha dicho que estaba «deseando salir de allí».
El juicio proseguirá el lunes con las declaraciones de otros once testigos, de los 380 que está previsto que comparezcan en total.
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