Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. | Ballesteros - EFE - EFE

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Aunque haya mucha gente del PP que todavía piense que habrá pacto de último segundo Sánchez-Iglesias para formar Gobierno con el apoyo de los nacionalistas, los hechos se están imponiendo, implacables. La cúpula de Podemos en Madrid no sólo da por rotos todos los puentes con los socialistas, sino que «la alianza Sánchez-Rivera fue desde el primer momento un mensaje de que el PSOE no podía pactar con nosotros porque algunos barones de este partido se lo habían dejado muy claro a Sánchez», afirman fuentes podemitas de Mallorca.

En este contexto, a nadie ha pasado desapercibida la subida de la Bolsa, con las empresas del IBEX-35 al frente en los últimos días. «Eso, entre tanta aparente incertidumbre política como la actual, sólo tiene una lectura: el mundo financiero ya ve claro que se va a nuevas elecciones y que se perfila un futuro Ejecutivo de coalición que excluya a Iglesias». Hacia ahí van los tiros.

Los socialistas tienen dos objetivos primordiales; debilitar al máximo a Mariano Rajoy para que renuncie y deje paso a un Gobierno de coalición creíble, y, por el otro lado, intentar evitar que Podemos les supere, manteniendo los socialistas un número superior de escaños aunque los podemitas obtengan más votos. Ahí está la batalla por el sufragio de izquierdas.

Respecto a la dimisión de Rajoy justo después del 26 de junio para propiciar la Gran Coalición, se da por seguro que el actual presidente, si el PP continúa perdiendo votos y escaños, decidirá abandonar. Esta clave es fundamental en la jugada que se está preparando.

Desde la óptica balear quedan algunos flecos. Pero lo seguro es que Podemos no dará ni un paso para llegar a una coalición con Més. Aceptará hablar con esta coalición, pero no accederá ni a condiciones ni a imposiciones. Están convencidos de que Més no volverá a presentarse en solitario y que si no pueden pactar con Podemos renunciarán a hacerlo y en esta ocasión se quedarán en su casa. En diciembre se gastaron un dineral y no pudieron obtener representación. «No repetirán dos veces el mismo error», consideran en Podemos.

A diferencia de algunas predicciones que indican que el 26 de junio habrá una gran abstención, en Podemos creen que «la movilización será muy grande porque los escándalos producidos en los últimos meses han enervado a una buena parte de la población». Así están las cosas, con los podemitas «muy satisfechos» si «el PSOE nos regala toda la oposición a cambio de ocupar ellos una parcela de poder y tener que desarrollar políticas de derechas con sus nuevos socios».