Francina Armengol. | Efe

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Francina Armengol y su equipo se han impuesto como objetivo prioritario la puesta en marcha de la Facultad de Medicina, no como una acción voluntarista o como un empecinamiento para ponerse al mismo nivel que la gran mayoría de las universidades españolas. «Iremos mucho más lejos», se comenta en los aledaños del Consolat. Esta apuesta estratégica de primer nivel se centra en potenciar la Marca Balears y venderla al planeta como destino único en seguridad, valor en alza que se está debilitando en la mayoría de destinos turísticos competidores.

Esta futura facultad «tiene que ir más allá de la formación de buenos médicos adaptados y conscientes de nuestra realidad, con ser éste un objetivo muy importante». Detrás debe llegar el fomento de la investigación, sello esencial de una sociedad desarrollada. El futuro del turismo balear también pasa por alcanzar prestigio como colectividad modélica. «Hemos de desarrollar el talento de nuestros jóvenes para que este esfuerzo de investigación dé sus frutos».

Armengol comió este jueves con un grupo de empresarios franceses y miembros del cuerpo consular de este país. Conocen la realidad isleña y están muy interesados en este modelo de sociedad abierta y acogedora que apuesta por la sostenibilidad aparejada al desarrollo. Es este modelo el que puede atraer inversores serios, enemigos del consumo y destrucción exacerbada del territorio y conscientes de que una sociedad consolidada, solidaria y bien estructurada es también un negocio seguro y sólido. Hablaron de alquileres turísticos, pero también de este esfuerzo, que prepara su primer paso con la puesta en marcha de la facultad en Son Espases.

Lógicamente, el Consolat tiene el problema del dinero. Pero están convencidos de que el nuevo y modélico centro formativo podrá hacerse sin tener que recortar de otras partes. La flexibilización del déficit, aceptada por Montoro, implica poder contar con más de cien millones de euros extra, son recursos sobrados para arrancar la facultad y atender otras necesidades.

En el Consolat son conscientes de que Balears, en plena salida de la crisis, se encuentra en una coyuntura clave. Ha de recuperarse desde la sostenibilidad sin caer en los errores del pasado. De lograrse, de alcanzar el sello de la seguridad en todos los órdenes y que éste sea asumido en los países emisores, «el futuro estará garantizado». A su vez, investigación supone diversificación de la economía sin dañar el medio ambiente. Ese es el camino que se han marcado en el edificio de los cañones del Passeig de Sagrera. El primer paso, es formar aquí unos 50 o 60 médicos al año, capaces con el tiempo de fortalecer al máximo todo el sistema sanitario como garantía de que cualquier visitante o inversor pueda respirar más desarrollo que en cualquier otro lugar del planeta. Y con un apoyo decidido al talento de los baleares como motor de futuro.