El sector agrario también ha mostrado su preocupación por la situación del campo ante la sequía. | ARCHIVO

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La zona del Pla de Mallorca ha entrado en situación de alerta por sequía en junio y la Serra de Tramuntana, aunque de hecho está en prealerta, técnicamente ha alcanzado también ese nivel porque aunque dispone de agua no cuenta con infraestructuras que permitan su aprovechamiento.

Así lo ha anunciado este juves en una rueda de prensa la directora general de Recursos Hídricos, Joana Garau, que ha informado del índice de sequía y el estado de las reservas hídricas en las islas y ha advertido de que si no llueve, la situación empeorará.

«No podemos decir cuándo puede llegar la situación de alerta o de emergencia», ha dicho sobre el conjunto de Balears, cuyos recursos hídricos se han situado en el 44 % en julio, tres puntos por debajo del mes anterior.

«La necesidad de agua es un problema importante pero todavía no sabemos cuál es la gravedad de la situación aunque los indicios son que es grave, y por ejemplo en el Pla y la Serra de Tramuntana ya es grave», ha advertido.

Tanto en el Pla como en la Serra de Tramutnana, zonas con acuíferos pequeños y que no están en contacto con el mar, «los recursos se están agotando» y los municipios han trasladado su preocupación a la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, ha detallado Garau.

Inversión

«Trabajamos con estos municipios para encontrar puntos alternativos que requieren inversión en infraestructuras y una tramitación que se alarga en el tiempo», ha dicho Garau, que ha insistido en la importancia de la sensibilización para reducir el consumo.

Para intentar alargar la existencia de recursos el máximo posible y en ausencia del Plan de Sequía que está en redacción, la Conselleria continuará con las medidas puestas en marcha como la mejoras de infraestructuras y promover planes de emergencia de los núcleos de población de más de 20.000 habitantes, que considera particularmente importantes en Alcúdia, Pollença y Marratxí.

Ha propuesto empezar la restricción de usos como el riego ornamental y la limpieza de calles, y en la costa minimizar o restringir el uso de agua en las duchas de las playas.