La presidenta de Baleares, Francina Armengol (i), momentos antes de pronunciar una conferencia dentro del ciclo de desayunos informativos de Fórum Europa, en un acto en el que fue presentada por el todavía secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (d). | Efe

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Una dirigente socialista mallorquina lo ha dejado bien claro este jueves por la mañana: «A Pedro le han hecho una guarrada». No salía de su asombro al ver la jeta que le han puesto los sevillanos, con Susana Díaz siguiendo las directrices de Felipe González, lanzándose a la toma del poder como en una taifa del siglo XIII. El estilo mallorquín de hacer política, más educado, meditado y respetuoso, recibió un duro golpe. «Estos sevillanos se tiran al ruedo con estoque y banderillas negras. No les importa pisar sangre. Ahora van de cabeza al poder, pasando de los cuadros del partido, de las bases y de la opinión pública. Pero aún podrían llevarse una sorpresa», se comentaba en ambientes del PSIB.

En todo caso, en Mallorca no se esperaban que el sultanato de Sevilla forzase dimisiones en masa dentro de la dirección de Ferraz, aprovechándose de la débil posición de resentidos y acobardados. Creían que se llegaría al debate de este sábado con las espadas en alto. Y que ganaría el apoyo a Pedro Sánchez. «Si se han lanzado a la carga es porque han visto que por las buenas perderían y han decidido tirar por la calle de en medio. No tenían otra salida. Hacen mucho ruido para disimular su falta de argumentos».

Nadie sabe cómo acabará la lucha intestina socialista, con el PSOE de Andalucía, La Mancha y Extremadura formados tras Díaz, (aunque ya hay movimientos de base a favor de Sánchez en estas comunidades), pero lo seguro es que en otras autonomías, incluida Balears, los socialistas han visto que la «jugada sucia de forzar una gestora para conquistar la dirección del partido con un golpe de mano parece más bien un movimiento táctico de legionarios en la guerra de Marruecos que una apuesta democrática dentro de una organización consolidada». Otra versión del PSIB indica que «o armaban el griterío o les salía el tiro por la culata». Pero mientras decían eso, las cimitarras sevillanas se hacían cada vez más estruendosas. Había cara de incredulidad cuando una tal Verónica Pérez, secretaria socialista de Sevilla, se presentó en Ferraz diciendo a la Prensa que ella es en estos momentos la primera autoridad del PSOE ¡en toda España! A algunos eso les recordó el famoso elefante blanco del 23-F.

Pase lo que pase, Francina Armengol sale muy reforzada en Mallorca y en las Pitiüsas con su decisión de apoyar a Sánchez hasta el último aliento. El estilo navajero sevillano no gusta en el Archipiélago, como tampoco en Catalunya, Euskadi, Galicia y entre la izquierda madrileña. «Eso sólo se solucionará en un congreso, pero la clave está en quien controla el proceso, porque si se deja en manos de Susana Díaz puede haber una carnicería antes de que se llegue a celebrar. Debatiríamos sobre cabezas cortadas».

El peleonismo sevillano «ha causado estupor». Incluso el PP, que teóricamente debería frotarse las manos, ha quedado boquiabierto porque si se instalan en toda España formas y maneras siniestras de cargarse a los líderes de los partidos, tarde o temprano les puede tocar ellos. Lo más curioso es que si Díaz conquista el poder le hace un gran favor a Rajoy. Aunque se presente en Moncloa como Salomé, con la cabeza de Pedro Sánchez dentro de una bandeja de plata y se la ofrezca a Mariano juntamente con el regalo de la abstención para investirle presidente, es más que probable que Rajoy rechace el regalo. Y que lo haga a la gallega (ni-sí-ni-no-ni-no-ni-sí). Lo lógico es que apueste por ir a las terceras elecciones generales en diciembre. Tiene ante sí una ocasión de oro para pulverizar al PSOE, ya que los votantes de izquierdas del conjunto de España han quedado petrificados por como actúa Susana Díaz.

De lograr Rajoy sus propósitos de ir a los terceros comicios despreciando (incluso hábilmente lamentando) el ofrecimiento de la cabeza de Sánchez a cambio de una abstención ahora en el Congreso para que Salomé Díaz tenga tiempo de imponer su poder dentro de un PSOE traumatizado, la debacle socialista en las urnas podría ser histórica el 18-D y el sorpasso de Podemos estaría servido.

Pero aún faltan claves en el actual drama. Para ganar, Díaz no sólo necesita armar la degollina interna, sino tener la seguridad de que Rajoy le regalará tiempo a cambio de sangre. ¿Picará el gallego? ¿Apuestan por esta solución los poderes fácticos del país? ¿Hasta donde llegan los hilos que mueve Felipe González? ¿Se ha tirado al ruedo Susana a lo loco o hay mucha tela que cortar detrás?