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El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, ha iniciado un expediente para que los cuatro agentes que evitaron un atentado de ETA en Palmanova (Mallorca) en 2009 reciban ahora la medalla con distintivo rojo del cuerpo y que lleva aparejada una compensación económica vitalicia.

Se trata de tres sargentos y un cabo, han señalado fuentes del cuerpo, que ya en su día fueron distinguidos con la Medalla de Plata de la Orden del Cuerpo de la Guardia Civil por su actuación.

Ahora, Fernández de Mesa quiere que los agentes reciban la medalla roja para que su acción «especialmente heroica» sea compensada con la máxima distinción.

Entre los cuatro agentes, figura el instructor guía del perro Ajax de la Guardia Civil, fallecido debido a una enfermedad en 2013, y que también se convirtió en uno de los artífices de evitar esta masacre etarra al detectar una bomba lista para explotar adosada a un vehículo en Palmanova.

Un artefacto que ETA había planeado estallar horas después de perpetrar otro atentado en este mismo municipio de Calvià, próximo a Palma de Mallorca, en el que murieron los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salva tras la explosión de una bomba-lapa adosada en los bajos de su coche patrulla.