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El fiscal Anticorrupción Pedro Horrach ha participado este jueves en su último acto oficial como tal, afirmando que «ya tenía ganas de que llegara este momento», y recordando que «estos últimos diez años han sido muy intensos, excesivamente intensos».

Horrach, que ha impartido la ponencia 'Delitos de corrupción: diligencias informativas y judiciales' en el seminario sobre delincuencia económica y delitos de corrupción organizado por CEP y CSIF en la sede de la Delegación de Hacienda, ha manifestado estar «ilusionado con los nuevos proyectos» y sentir «cierto vacío interior por dejar la fiscalía».

Sobre su etapa como fiscal ha considerado que «hemos conseguido pequeños éxitos y creo que han ayudado a concienciar a la población sobre la lacra de la corrupción», destacando los «nuevos modelos de investigación» instaurados, que ayudar a seguir esclareciendo este tipo de casos.

Caso Nóos

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Sobre el recurso de Nóos, Horrach, ha explicado que en su opinión, con la sentencia de Nóos, tanto el ex duque Iñaki Urdangarin y su antiguo socio, Diego Torres, «tendrían que entrar en prisión», pero, ha matizado, esta «tiene pendiente un recurso de casación» ante el Tribunal Supremo.

«En principio, hay una sentencia definitiva, que está pendiente de recurso de casación», ha remarcado Horrach para después añadir: «Con esta sentencia en la mano sí tendrían que entrar en prisión».

Cabe recordar que Urdangarin fue condenado en febrero por la Audiencia Provincial de Palma a una pena de seis años y tres meses de cárcel y Torres a otra de ocho y seis meses de cárcel por el desvío de más de seis millones de euros públicos a través del Instituto Nóos.

Finalmente, sobre los movimientos que cuestionan la actuación del Ministerio Público en relación a los últimos casos conocidos en Madrid, Horrach ha manifestado que «es triste la imagen que se está proyectando de la Fiscalía, y es una pena que estos últimos quince años de tanto esfuerzo y dedicación se vean mermados por las noticias que aparecen reiteradamente», aunque ha confiado en que la situación se pueda revertir.

«Cualquier tipo de injerencia debe cortarse de raíz», ha sentenciado.