Lo malo es que esta decisión (si es que finalmente consigue hacerla realidad) también afecta a Francina Armengol. Y es que Pedro el Grande no se toma ahora mismo muy en serio a la política inquera. Sintió un gran aprecio hacia ella cuando Armengol dio la cara por Sánchez en el famoso comité federal del pasado otoño en el que el resto del baronato apuñaló por la espalda a su secretario general. Pero luego Francina experimentó una repentina conversión patxista, digna de de análisis por los estudiosos de la aparición de Fátima, y pidió avales para el casco azul de Portugalete y sus topicazos conciliadores. A Sánchez le sentó como un tiro en la popa.
Era la única presidenta autonómica que le había apoyado y luego le abandonó. El despecho que sintió Sánchez fue morrocotudo. Pero más tarde, Francina, al ver que Sánchez podía ganar, volvió a pegar un giro copernicano, dejó tirado al buenista sardinero de la ría de Bilbao e incluso le exigió que retirase su candiatura. Armengol volvió a pasarse a Sánchez, que en Balears cosechó cerca de 1.500 votos. Pero ya era demasiado tarde. Pedro el Grande no se fía. Francina ha dejado de ser un obstáculo para que Sánchez filtre que no quiere barones en su ejecutiva (a ninguno, cero patatero). En el fondo, al ser un vencedor por mayoría absoluta, Sánchez está contento de deber los mínimos favores posibles, incluida la variable Francina.
Lo indudable es que Armengol perdió una gran oportunidad. Si se hubiera mantenido leal en todo momento a Sánchez ahora su posición dentro del PSOE sería mucho más sólida, infinitamente más fuerte.
Nótese que la negativa de Pedro a admitir barones a su vera tiene un profundo calado político. Significa que se está posicionando de tal manera, y con el apoyo de las bases, que puede removerle la silla al primer walí que se le ponga chulo. Se intuye un nuevo poder socialista. Por un lado los santones en sus despachazos presidenciales y por el otro un aparato de nuevo cuño: leal, duro, seco y a las órdenes directas de su secretario general. Solamente Susana Díaz -y si no hace tonterías- está en disposición de controlar por completo el PSOE andaluz. En el resto de comunidades el poder de Ferraz puede hacerse sentir de manera mucho más intensa e incluso maquiavélica. A la larga, este nuevo equilibrio de poder también puede llegar y afectar a Balears. Pedro no olvida. La lucha de los seres humanos por el poder es la pugna de la memoria contra el olvido.
7 comentarios
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¿Cuantos JUDAS ISCARIOTES habrá en esta asquerosa cena del PSOE?
Joan, pero si Sánchez se quiere sólo a el solo. Y por otra parte tiene barones: Pablo Iglesias, Echenique, Errejón. Esos son sus barones, a mi juicio, claro. Excelentes tus análisis se esté o no de acuerdo con ellos.
¿Francina Armengol, barón?. ¿Desde cuando?
El que rie último, rie mejor....
No creo que pedro sea la solucion al problema del psoe, puede ser que algun diputado se rebele. al fin y al cabo el que tiene la ultima palabra es el electorado corriente... espero mas de una sorpresa.
Esta claro una cosa lo único que les interesa a todos estos políticos tanto de un partido como otro es la silla, lo de la señora Armengol es patético primero apoya a un candidato y después al ver la encuestas radicalmente se cambia, desde luego es una presidenta de poco fiar, es normal que el señor Sánchez ahora que ha ganado prescinda de todos estos falsos políticos, de todas maneras creo sinceramente que el señor Sánchez en las próximas elecciones sacará menos escaños que las anteriores elecciones, con esta posición de cargarse los varones me parece que habrá muchas cuchilladas traperas.
Más puñaladas traperas