Este estudio ha obtenido el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica | Youtube Ultima Hora

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Acaban de ser distinguidos con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica por la detección de las ondas gravitacionales, pero qué sabemos del Grup de Relativitat i Gravitació de la UIB, cómo trabajan, quiénes lo integran, en qué consiste su estudio, qué es una onda gravitacional, cómo se detectan.

Ultimahora.es ha entrevistado en el campus de la Universitat a varios de los investigadores que forman parte de este equipo, liderado por los doctores Alícia Sintes y Sascha Husa. Ellos nos dan las claves para entender la importancia del trabajo que están realizando.

1.- ¿A qué se dedica este grupo de investigadores? «Fundamentalmente, trabajamos en la búsqueda de ondas gravitacionales procedentes de la fusión de agujeros negros y estrellas de neutrones, y a sacar la información de estas fuentes», explica Sintes.


2.-¿Desde cuándo Balears está en este proyecto a través de la UIB? La Universitat de les Illes Balears cuenta con el único grupo de investigación en España que ha participado en las tres detecciones de ondas gravitacionales, a través de su colaboración con el Observatorio de Interferometría Laser de Ondas Gravitacionales (LIGO). La UIB participa en la Colaboración Científica LIGO desde 2002, cuando la doctora Alícia Sintes se reincorpora a la Univerisitat. Antes, desde 1997, forma parte de esa colaboración científica.

3.- ¿Qué es una onda gravitacional? «Son ondulaciones en el tejido del espacio tiempo que llegan a la tierra procedentes de un evento catastrófico en el distante universo».

4.- ¿Cómo llegan a esa información? Las observaciones se hacen a partir de dos detectores. Uno se encuentra en Livingston (Lousiana) y otro en Handfort (Washington), donde ahora mismo está trabajando Pep Covas.

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5.-¿Qué tipo de información ofrece su estudio? Con la información podemos deducir diferentes cosas: Cómo se forman los agujeros negros, cómo se comporta la materia bajo condiciones extremas que existen en los interiores de algunos cuerpos, o qué ocurrió en los momentos posteriores al Big Bang, por ejemplo.

6.-¿Cuál es el trabajo concreto que se realiza desde la UIB? El doctor Sascha Husa hace una comparativa con la aplicación de teléfonos móviles para identificar música, conocida como Shazam. «Si escuchas una canción en un bar muy ruidoso, la aplicación pueden consultar una base de datos de posibles señales. Usando unos algoritmos matemáticos para compensar el ruido, te dirá cuál se ajusta mejor y cuál es la canción que estás escuchando. Mi labor es realizar un catálogo de todas las posibles señales de ondas gravitacionales procedentes de la fusión de agujeros negros, para que quienes analicen los datos lo utilicen y lo comparen con las señales inmersas en ruidos que son registrados por LIGO». El catálogo desarrollado en la UIB es el más preciso y rápido realizado en el mundo.

7.- ¿Quienes se implican en ello? El grupo de la UIB es dinámico y por él han pasado y siguen pasando numerosos estudiantes, algunos mientras elaboran su tesis, el doctorado o un máster.

8.- ¿Cuál es la cronología de las detecciones hechas hasta el momento? La primera onda gravitacional se detectó en en septiembre de 2015 y la segunda tres meses después. La última fue el pasado 4 de enero de 2017 y se dio a conocer el pasado 1 de junio. En este último caso, los agujeros negros fueron localizados a uno tres mil millones de años luz.

9.- ¿En qué centran ahora sus esfuerzos? En la UIB continúan analizando los datos de los detectores y, según Alícia Sintes, en un futuro aún habrá más. Desde hace diez años, en la UIB generan perfiles de ondas necesarios para analizar los datos y extraer la información que reciben. Y en ello seguirán trabajando. Los investigadores seguirán buscando en los datos recogidos nuevas señales de ondas.

10.- ¿Qué esperan conseguir en un futuro? Según Alícia Sintes, se está trabajando en mejoras técnicas de observación para que, a partir de 2018, la sensibilidad de los detectores sea mayor. «Tecnológicamente hay que llevar la sensibilidad al límite».