Laura Camargo. | Efe

TW
13

Camargo quiere todo el poder podemita para ella y sólo para ella. Todavía no puede quitarse la careta de la ambición desaforada de ser secretaria general porque aún no se ha abierto el plazo de candidaturas de cara al congreso balear del próximo otoño. Pero este viernes ya enseña las fauces, las garras y el pico de halcón. O conmigo o al infierno. Laura ha convocado a lo más fogueado del trotskismo más duro y desaforado del partido para presentar su propio proyecto. Su traje a la medida para hacerse la dueña. Se adelanta a la convocatoria oficial del partido sobre la celebración de los Caucus internos y no oculta a su puñado de incondicionales que anhela el rasurado en seco de los sectores más sensatos del partido. Los tambores de guerra comienzan a sonar.

Laura, acompañada por algunas de las joyas folloneras podemitas, como Aligi, Aurora Jhardi, Eva Frade o Carlos Saura (todos ellos han armado tacos voluntaristas), rompe este viernes el programado proceso convergente de los Caucus podemitas para adelantarse y, cuando llegue el momento, no dejar títere con cabeza.

La concepción de los Caucus podemitas busca la creación de un programa político a partir de diferentes propuestas en pro de un proyecto común, donde la dinámica es que intervengan las diferentes corrientes y se avance en las propuestas. Las candidaturas deben ser una consecuencia de este proceso de cara al congreso otoñal. Todavía faltan unos días para que se celebren estos Caucus orgánicos, pero Laura ya ejerce de guerrera montaraz, rompiendo la baraja del orden interno.

Camargo se ha adelantado. Ni Caucus convergentes ni puñetas. Ella, su grupo anticapitalista y a la carga. Descabezado Jarabo, cree que ha llegado su hora de júbilo. Si es secretaria general en otoño, a medida que se acerque la cita electoral autonómica del 2019 empezará a martirizar al Govern Armengol o al actual equipo progresista que dirige Cort. Donde también pueden ir preparándose es en el Consell. Camargo es partidaria de que Podemos salga del equipo de mando de la institución, donde hasta ocupan una vicepresidencia (Jesús Jurado) y se pongan todos a armar camorra para debilitar a Més y al PSIB.

Dicen que Camargo tiene el Consell entre ceja y ceja, ya que su partido está desarrollando allí una importante y seria labor institucional. Y eso a ella no le gusta. Lo suyo es la bulla trotskista, volar en pedazos el sistema comenzando por toda la izquierda que no le hace la reverencia. Tiene ego de caballo de carreras.

Un botón de muestra de cómo desprecia a sus compañeros del Consell es que ni ella ni su grupo acudieron este jueves a la conferencia del profesor Vicenç Navarro, gurú de la defensa del sector público, en el salón de plenos de la institución. Es pública y notoria la convergencia ideológica entre Navarro y Pablo Iglesias. Laura dio plantón (eso comentaban, con pena, los podemitas de la institución). ¿No le gusta Navarro, tótem del pensamiento de izquierdas actual? ¿O tal vez lo que no le agrada es que fuese a conferenciar al Consell, con Jesús Jurado oficiando de presentador del acto?

Camargo lanzará mucho humo este viernes. Hablará de proyecto, pero tapará su auténtica ambición de agarrar con mano de hierro la organización y purgar a todo el que tosa. Lo suyo es mandar, mandar y mandar. Más que anticapitalista es antitodo lo que le haga sombra. Es una trotskista elevada al cubo. Un cubo que acabará derramado sobre todos los de Podemos que no se plieguen a sus caprichos. Si gana la pugna interna, y con el tiempo, dejará contra las cuerdas al conjunto de la izquierda balear, a la que tanto le ha costado derrotar al PP.

Si Camargo se impone, los populares lanzarán cohetes de júbilo. ¡Vaya golosina para un partido de centro derecha que sueña ver como se hunde la alianza de izquierdas!