Terraferida ha criticado que el Consell de Mallorca haya invertido 200 millones de euros en carreteras. | Terraferida

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Terraferida ha criticado este sábado que el Consell de Mallorca haya invertido 200 millones de euros en carreteras esta legislatura a pesar de no contar con financiación estatal y ha reclamado que se destine presupuesto a mejorar el transporte público y sobre todo el tren.

La entidad ha presentado 43 alegaciones al Plan Director Sectorial de Movilidad, PDSM, que recoge la planificación del transporte en las islas de 2019 a 2026 y cuyos objetivos de mejorar el transporte público, la seguridad vial y la movilidad considera que «no se corresponden con las políticas hechas esta legislatura», ha criticado en un comunicado.

Terraferida ha advertido de que muchas de las propuestas de este nuevo plan ya figuraban en el anterior, en vigor desde 2006, y no se han implantado, mientras «el grueso de las inversiones públicas han ido a hacer más carreteras», ya que el Consell de Mallorca ha gastado 200 millones esta legislatura en nuevas vías «autopistas, rondas y rotondas».

La organización conservacionista comparte una de las conclusiones del PDSM, que «el principal problema de la movilidad en Baleares es el uso excesivo del coche privado», pero para mejorar el transporte urbano, interurbano y metropolitano en cada isla, Terraferida pide mejorar el transporte ferroviario para evitar «las actuales políticas que abocan Mallorca al colapso viario».

Reclaman mejorar el tren en el Llevant de Mallorca «que sufre una desigualdad modal respecto al transporte público muy elevada» y reivindican los antiguos planes de las líneas de tren Manacor-Artà y Sa Pobla-Alcúdia, que «por ahora han quedado sobre el papel».

Terraferida respalda la propuesta del PDSM del tranvía en el área metropolitana de Palma, Palma-aeropuerto y su extensión a Santa Ponça, pero reclama «que estas inversiones se reflejen los presupuestos».

Apostar por el tren supondría un ahorro en combustible para los usuarios de 866 millones de euros y una disminución de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de casi de 84.000 toneladas, según calcula Terraferida. El coste total de las infraestructuras ferroviarias está presupuestado en 847,95 millones, por lo que Terraferida afirma que «sería una inversión muy positiva».

Proponen la prolongación de las líneas Sa Pobla-Alcúdia y también Manacor-Artà-Capdepera con ramales a Cala Rajada y Porto Cristo y la prolongación Llucmajor-Campos-Felanitx-Santanyí.

Piden además en sus alegaciones que se asegure que el servicio de autobús interurbano sea complementario con el tren para favorecer la intermodalidad; incluir en el PDSM los servicios de buses lanzadera vinculados al tren, y aumentar el autobús con más frecuencias, horarios, conexiones e itinerarios.

Proponen además una red cicloturística en cada isla favoreciendo la intermodalidad al hacer coincidir las rutas con las estaciones ferroviarias y de autobuses, y que se permita siempre llevar las bicis en el tren o tranvía, en todos los horarios.

Terraferida propone además una ecotasa para los coches de alquiler.

Una reivindicación principal de la entidad verde es que el plan se dote de presupuesto porque «no tiene sentido que no haya ninguna obligación de cumplirlo». Denuncia que en 2019, el presupuesto previsto es «de tan sólo 82 millones de euros».

Critican que el PDSM no cuestione los planes de carreteras aprobados por los consells, ni nada de la planificación urbanística ni turística, cuando todas ellas condicionan la movilidad.

Para Terraferida es inaceptable que administraciones diferentes (Consell y Govern), ambas dirigidas por el PSIB, «planteen planificaciones contradictorias», porque el PDSM afirma que «las vías con secciones amplias que incitan al exceso de velocidad constituyen un factor que puede provocar un aumento de la siniestralidad», algo que «choca con la política de autopistas del Consell de Mallorca» que plantea una entre Llucmajor y Campos.

Según Terraferida, la inversión en nuevas carreteras permitiría absorber de forma momentánea los niveles de saturación «pero a la larga, la llamada a usar el vehículo privado acabaría saturando de nuevo las vías y provocando nuevas necesidades de ampliación y desembocando en un modelo totalmente insostenible», advierte.