La escasa oferta de suelo finalista, junto con la falta de mano de obra especializada y el cambio de tendencia del euríbor están provocando un incremento de los costes de producción de la vivienda, lo que aumentará los precios y tensionará el esfuerzo de compra, según un estudio sobre los desafíos del sector inmobiliario realizado por la Asociación Española de Banca (AEB).
Asimismo, la AEB ha alertado de que el incremento de los precios de la vivienda no está alineado con las rentas de la familias. En concreto, las familias en la actualidad destinan un 17,5% de sus ingresos al pago de la hipoteca, aunque en algunas comunidades este porcentaje se sitúa cerca del 30%.
Respecto a la evolución de los precios, la AEB asegura que España está dividida. Hasta el momento, comunidades como Galicia, Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Murcia destacan como las comunidades en las que el precio cayó en la crisis más que el promedio y todavía no se han recuperado.
Por su parte, Andalucía, Extremadura, Cantabria, País Vasco, Navarra y La Rioja destacan por estar entre las comunidades en las que el precio cayó en la crisis más que el promedio, pero en las que ya se ha iniciado una senda «tenue» de crecimiento.
Otros aspectos negativos a tener en cuenta son el envejecimiento de a población española, el deterioro del stock y la normativa ambiental, porque cambiarán la fisonomía del sector.
En este punto, el estudio presentado por el director de Estrategia y Análisis Económico de la AEB, Juan Carlos Delrieu, esta semana en Madrid el Foro de Economistas Inmobiliarios apunta que la demanda orgánica prevista de viviendas para 2030, sin considerar el número de inmigrantes ni la demanda de extranjeros, se puede reducir cerca de un 30%.
No obstante, pese a estos impedimentos, la patronal bancaria considera que los condicionantes económicos de la demanda siguen siendo positivos para mantener el dinamismo del sector y que la banca está contribuyendo al mismo «con prudencia y con unas condiciones financieras muy favorables».
De hecho, sus previsiones apuntan a que la demanda de viviendas podría superar las 600.000 unidades en 2020, igualando así la cifra demandada en 2005.
Además, asegura que el sector inmobiliario se está «profesionalizando y modernizando». Así, prevé que las perspectivas seguirán siendo positivas y cree que, aunque España todavía está a mitad de ciclo, está ante una «magnífica» oportunidad para mejorar la ley de seguridad jurídica y preservar la transparencia mediante una «adecuada» aprobación de la Ley de Crédito Hipotecario.
En esta línea, la AEB apuesta por vigilar que haya un equilibrio adecuado entre los precios de las viviendas, los alquileres y los ingresos familiares e insta a las empresas a que se preparen para una «profunda transformación del sector» debido a la demografía y a la renovación de stock.
«Hay que trabajar para dotar al sector de una mayor transparencia y seguridad jurídica con el propósito de que el próximo ajuste no sea disruptivo», según ha apuntado el director de estrategia y análisis económico de la AEB, Juan Carlos Dilrieu.
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