Según ha informado la UIB en una nota de prensa, la detección se produjo el pasado 25 de abril y, sólo un día más tarde, la Ligo-Virgo descubrió otra fuente que podría haber sido el resultado de la colisión de una estrella de neutrones y un agujero negro o, de confirmarse, otra fusión de dos estrellas de neutrones.
Los descubrimientos llegan pocas semanas después de que LIGO y Virgo volvieran a entrar en funcionamiento el pasado 1 de abril, cuando los detectores gemelos de LIGO -uno en Washington y otro en Luisiana- junto con Virgo, ubicado en el Observatorio Gravitacional Europeo (EGO) en Italia, reanudaron sus operaciones después de someterse a una serie de mejoras para aumentar su sensibilidad a las ondas gravitacionales.
Así, con las mejoras cada detector examina ahora mayores volúmenes del universo que antes, buscando eventos extremos tales como choques entre agujeros negros y estrellas de neutrones.
Se estima que el choque de estrellas de neutrones del 25 de abril, apodado S190425z, ocurrió a unos 500 millones de años-luz de distancia de la Tierra. Sólo una de las dos instalaciones gemelas de LIGO captó su señal junto con Virgo. Debido a que sólo dos de los tres detectores registraron la señal, las estimaciones de la ubicación en el cielo desde la cual se originó no fueron precisas, dejando a los astrónomos observar casi una cuarta parte del cielo en busca de la fuente.
Respecto a la posible colisión entre la estrella de neutrones del 26 de abril y el agujero negro (conocido como S190426c), se estima que tuvo lugar aproximadamente a 1.200 millones de años-luz de distancia. Fue visto por las tres instalaciones de LIGO-Virgo, lo que ayudó a estrechar su ubicación a regiones que cubrían alrededor de 1.100 grados cuadrados, o alrededor del 3 por ciento del cielo total.
UIB, único grupo español que ha participado en todas las detecciones
El Grupo de Física Gravitacional de la UIB, que lidera la doctora Alicia M. Sintes, es el único grupo español que ha participado en todas las detecciones realizadas hasta el momento. Y, de hecho, estas nuevas detecciones se producido coincidiendo con la estancia en el observatorio de LIGO en Hanford de un alumno de doctorado de la Universidad de las Illes Balears, Pep Covas.
La UIB ha detallado que dentro de la red LIGO-Virgo, los investigadores del grupo español están llevando a cabo un amplio programa científico para estudiar las ondas gravitacionales emitidas por agujeros negros y estrellas de neutrones, buscando señales de ondas continuas provenientes de estrellas de neutrones desconocidas y señales transitorias emitidas después de la fusión de dos estrellas de neutrones.
Ondas gravitacionales
Cuando dos agujeros negros chocan, deforman el tejido del espacio y el tiempo, produciendo ondas gravitacionales. Cuando dos estrellas de neutrones chocan, no sólo envían ondas gravitacionales sino también luz. Esto significa que los telescopios sensibles a las ondas de luz a través del espectro electromagnético pueden ser testigos de estos ardientes impactos junto con LIGO y Virgo.
Uno de estos eventos ocurrió en agosto de 2017, cuando LIGO y Virgo descubrieron inicialmente una fusión de estrellas de neutrones en ondas gravitacionales y luego, en los días y meses siguientes, cerca de 70 telescopios en tierra y en el espacio fueron testigos de las explosivas secuelas de las ondas de luz, incluyendo todo, desde rayos gamma hasta luz óptica y ondas de radio.
Finalmente, la UIB ha recordado que la red LIGO-Virgo ha visto tres probables fusiones de agujeros negros y, desde que se hizo historia con la primera detección directa de ondas gravitacionales en 2015, la red ha descubierto pruebas de dos fusiones de estrellas de neutrones; 13 fusiones de agujeros negros; y una posible fusión de estrellas de neutrones de agujeros negros.
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El rezo viaja a través del Universo en forma de ondas indetectables.
Lo que conocemos del Universo es una gota de agua.Es como tener ante el microscopio una gota de agua de un océano.