Acto de toma de posesión de Francina Armengol como presidenta del Govern balear. | M. À. Cañellas

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La socialista Francina Armengol (Inca, 1971) apeló este lunes al protagonismo de la gente de Baleares y dijo que sólo ante esta, «ante nuestra gente y ante nuestro pueblo», prometía lealtad. Lo hizo después de prometer su cargo sobre la Constitución y el Estatut y expresando su lealtad al Rey, que es lo que establece la norma y el protocolo para estas ceremonias.

Fue en sa Llonja, en una ceremonia abierta parcialmente a la ciudadanía y relativamente parecida –pero también con notables diferencias– a la que protagonizó en 1999 Francesc Antich (para quien Armengol tuvo un recuerdo especial) y que abrió la puerta al primer gobierno de coalición de izquierdas en Baleares.

La socialista recordó este lunes que es la primera vez que la izquierda enlaza una legislatura con otra en las Islas pero, antes, incidió en otro hecho al que quiso dar especial relevancia: que también «es la primera vez que una mujer repite como presidenta del Govern, con todo lo que eso tiene de simbólico en una lucha por la igualdad de hombres y mujeres que queremos seguir abanderando». La crisis de Més evitó que este lunes firmara su primer decreto con los nombramientos de consellers y conselleras. Lo hará este martes y este miércoles prometerán sus cargos.

El primer compromiso de Armengol fue no defraudar. Y lo expreso así, en la primera de una sucesión de mensajes solemnes: «Ante vosotros me quiero comprometer a no defraudaros. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance por este tierra».

La presidenta, en presencia de dos ministros, una ministra y el presidente del Senado, incidió en la importancia que para ella tiene Baleares y lo que significa el pacto. En ese punto, dejó de utilizar el catalán y pasó al castellano para -dijo- «comprometer algo más ante el Gobierno del Estado». Y añadió: «Mi prioridad estará donde reside mi responsabilidad y mi pasión, en la búsqueda de lo mejor para los ciudadanos y ciudadanas de Formentera, Ibiza, Menorca y Mallorca».

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«El Gobierno de España encontrará siempre en nuestro Govern un negociador tan dialogante y leal como implacable en su convicción de defender los intereses de estas Islas», afirmó. Y formuló sus primeras intenciones, como «acelerar la aprobación del nuevo régimen fiscal para Baleares con toda la fuerza que me da saber que tenemos detrás a toda la sociedad».

La presidenta, que había dejado claro su lealtad ante el ejecutivo estatal, «como hemos hecho siempre», indicó que «perseguiré sin desmayo el modelo de financiación justo con nuestra solidaridad» y que «entregaré cada segundo de negociación a obtener los convenios de inversiones que requiere nuestra tierra para garantizar el futuro de transporte sostenible, de turismo de calidad, de aguas y cielos limpios».

Francina Armengol dijo ser consciente de que su responsabilidad era «mayor» que la de hace cuatro años pero que «el camino está trazado» aunque «sabemos que recorrerlo no será fácil, que habrá cuestas, piedras y curvas». Si pensaba en Més no lo expresó pero sí destacó que «juntos superaremos cualquier dificultad que se nos presente».

Armengol dijo que su visión es de largo recorrido, de mirada larga pero con la vista puesta en la gente y en la ciudadanía y que tenía claro lo que «nuestra gente nos exige». Y allá enumeró algunas de las propuestas recogidas en los llamados Acords de Bellver que han firmado los partidos que gobernarán Baleares en los próximos cuatro años. También citó expresamente a la cultura, «que es el alma de un pueblo». El organigrama del Govern asigna la política cultural a un conselleria distinta a la de los últimos años y, quizá, por eso el énfasis en esta cuestión.

«La sociedad más digna y ética que perseguimos nos señala una única dirección, la de consolidar más derechos y libertades, conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres, acabar con el terrorismo machista y abolir siempre la discriminación», dijo.

El Govern que este martes dará a conocer abundará también en ese compromiso con un Ejecutivo paritario.