El derribo de Son Dureta, en Palma, terminará dentro de un mes. | Tony Carbonell

TW
18

El derribo del edificio Materno Infantil de Son Dureta será una realidad en apenas una semana. Mientras que el edificio verde de consultas externas quedará en nada justo en un mes, este miércoles se ha ejecutado el 85 % del proyecto de derribo y en enero terminará según lo previsto la primera fase de las obras de reforma de Son Dureta.

Para el año que viene, la Conselleria ha presupuestado 3,5 millones de euros para seguir según la planificación. Esto es el inicio de redacción de los nuevos edificios. «El gabinete de arquitectura al que se le adjudicó el proyecto lo está redactando por fases para que pueda haber continuidad en las obras», explicó la consellera de Salut, Patricia Gómez, durante su comparecencia en el Parlament para explicar los Presupuestos del Govern. Se refería al edificio grande de lo que será el complejo sociosanitario, que tiene forma semicircular, y del que todavía queda por presentar un proyecto definitivo y derribar sus anexos. «El año que viene tendremos tiempo para entregar todo el proyecto arquitectónico de Son Dureta y licitar la parte que faltará», añadió.

Mientras tanto, buena parte de los residuos generados en el derribo público de mayor envergadura que se ha hecho en Baleares se han ido volcando en la parte central del complejo para nivelar el terreno con el de los edificios que quedarán en pie y todavía están por reformar.

Desmantelar el edificio verde es probablemente la parte más complicada de la obra ya que contiene material contaminante como es el amianto, por lo que requerirá extremar las medidas de seguridad.

De momento, una máquina «mordedora» va demoliendo el edificio materno infantil después de terminar con las últimas cuatro plantas que destruyeron mediante robots teledirigidos. Una gran lona de 31 metros de extensión protege al exterior de las consecuencias de los escombros.