Sin embargo, la situación actual de excepcionalidad genera muchas dudas de carácter legal y la incertidumbre pesa tanto en empresarios como en trabajadores. El director general de Asima, Alejandro Sáenz de San Pedro, explicó que en la jornada del lunes abrieron algunas empresas «pero con cautela». Detalló que atendieron a los protocolos de higiene establecidos para salvaguardar la seguridad y salud de los trabajadores.
Muchas de las empresas ubicadas en los polígonos de Son Castelló y Can Valero que seguían con su actividad «tenían dudas de si podían hacerlo o no», reconoció Sáenz de San Pedro. En este sentido, indicó que el real decreto por el que se declaró el estado de alarma «no especifica el cierre de algunas empresas de carácter industrial, es decir, no están incluidas».
Reducciones
Aunque la actividad es mínima, los polígonos están abiertos y hay empresas «trabajando siguiendo las recomendaciones del Gobierno central», aseguró el director de Asima, quien añadió que estas empresas «aplican el sentido común». Sin embargo, su funcionamiento no es, ni de lejos, el habitual. «Hay empresas que han reducido al máximo sus departamentos, ofreciendo los servicios mínimos para seguir trabajando y siguiendo las medidas recomendadas tanto de higiene personal como de cautela dentro de la empresa», concluyó Sáenz de San Pedro.
Mientras tanto, empresarios y trabajadores están pendientes de cualquier medida que adopten los gobernantes. Las decisiones que apruebe este martes el Consejo de Ministros serán claves para muchos de ellos, pues está prevista la concreción de un paquete de medidas económicas para empresas y trabajadores, que se han visto obligados a paralizar su actividad por la declaración del estado de alarma.
La sensación de incertidumbre crece día a día y así lo reconocen tanto sindicatos como patronales. «El 99 % de los empresarios jamás ha tramitado un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y no saben a qué atenerse» reconoció ayer el presidente de PIMEM, Jordi Mora.
Desde UGT y CCOO también reconocen un aumento considerable de las dudas por parte de los trabajadores. Se trata de incógnitas que afectan a los empleados de todo el Estado pero que en las Islas tienen especial incidencia, pues la comunidad estaba a punto de comenzar su período de máxima actividad.
Ahora, con el sector turístico paralizado, son muchos otros los que ven arrastrada su actividad. La mayoría de empresarios de las Islas se ven abocados a echar el cierre temporal.