El sur, en la quiebra financiera, pide que (toda) Europa se endeude para abordar la crisis, lo que equivale a exigir que (sólo) el norte se haga cargo de la factura; el norte, saneado tras diez años de rigor en la gestión, dice que no va asumir de su bolsillo la mala administración de estos diez últimos años en el sur, donde no se aprovechó la bonanza. Merkel es contundente: no habrá eurobonos; Holanda es más cruda: no vamos a financiar a quien no aprovechó estos años de crecimiento.
La tragedia europea es que los dos bandos tienen razón: el sur porque, si hay una Europa única en lo monetario, debería haberla en lo fiscal; y el norte porque, si ellos son rigurosos en su gestión, el sur debería intentarlo, al menos.
Vean qué disparate: mientras en algunos países los parados se van a ir a casa con 2.800 euros de salario mensual máximo, pagado por el Estado, en España se están yendo con 1.068. Mientras la TUI se lleva 1.800 millones de euros porque hay turbulencias en el mercado, al turismo y a la empresa española en general le corresponderán 0 euros.
El problema, a mi entender, radica en el modelo. Europa no es un estado, porque en ese caso tendríamos una política única. Pero tampoco somos veintisiete estados, porque tenemos una política monetaria común. Entonces, ¿qué somos? El sur aceptó la fórmula perversa de tener una divisa y un tipo de interés únicos que benefician a los ricos, aceptando no centralizar la política fiscal, que habría beneficiado a los pobres. Europa, simplemente, es un engendro institucional condenado a morir, incapaz de navegar en las dificultades. Observen que los grandes asuntos no se debaten en el Parlamento, como es lógico en un continente que no es una democracia. Por ahí asoma un tal Michel, al que nadie ha votado; o una Von der Layen que tampoco sabemos quién ha elegido. Lo dicho, un engendro.
El coronavirus amenaza con poner al continente patas arriba. Primero ocurrió con las medidas sanitarias, absolutamente dispersas y hasta contradictorias; después con el cierre de fronteras que reflejaban el egoísmo subyacente, y ahora, aún mucho más grave, con la financiación de esta crisis, asunto exponencialmente más conflictivo. La crisis de la inmigración desde África será un asunto menor al lado del virus.
Yo creo que España, prodigio de mala gestión e indisciplina, donde la demagogia campa a sus anchas, debe estar en Europa porque fuera de ella iríamos aún más velozmente al desastre. Pero deberíamos exigir una Europa en la que las políticas comunes no se limiten a lo que beneficia al norte –apertura de fronteras comerciales, moneda única, tipo de interés único– sino también la política fiscal redistribuidora de la riqueza, que beneficia al sur. Ello probablemente pase por ceder mucha más soberanía y hasta por pasar a ser gobernados desde Bruselas.
Pero no me hago ilusiones: primero, porque ninguno de los políticos que nos mandan ha sospechado siquiera que haya un problema con Europa; segundo, porque jamás querrán oír hablar de que el poder se vaya a Bruselas y que ellos regresen a casa y, mucho peor para todos, España no podría aguantar todo este ejército de inútiles en las listas del paro.
3 comentarios
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El proyecto de Unión Europea, nunca dejó de ser un proyecto, nunca termina de definirse. La codicia de algunos paises del norte, los denominados PIJOS (Paises Insolidarios Jodiendo Otros Semejantes) impide que ésta sea una unión real y completa, consideran vagos, libertinos y malgastadores a los vecinos del sur a los que llaman PIGS (cerdos). ¿Es que nadie se acuerda de los pecados históricos de los PIJOS ?
Correcto en lo de la peor gestión financiera del sur. Pero no olvidemos que fue precisamente el norte el que a) impuso el euro -de lo que obtiene inmensos beneficios-, b) el enorme endeudamiento del sur tiene su origen en un gasto alegre propio tanto como en la impresentable política económica impuesta por el norte para salir de la crisis: asfixia la economía, impìde la inversión pública, genera paro, recorta todos los servicios asistenciales por los que -dicen ellos- vale la pena ser europeo, no equilibra la deuda, y finalmente agranda la crisis en vez de disminuírla. Si servimos para comprarles sus coches, neveras, lavadoras y demás, tambien servimos para que nos ayuden y sigamos comprándoselos. Así que o son consecuentes con la que nos han liado, dejan de insultarnos y son solidarios de una vez o ésta Europa es un lugar del que hay que salir corriendo. Y para empezar, al cuerno con el euro, por ser la herramienta con la que nos dominan.
Los virus no atacan, pero al igual que nosotros-los seres humanos- buscan nuevos anfitriones para prosperar y sobrevivir y al igual que los seres humanos los virus evolucionan y cambian tambien. Incluso si pensamos que somos las especies más importantes en la tierra, ahora podemos ver de primera mano que somos solo uno de los miles de millones de especies que comparten este planeta con nosotros. Una noción humilde, verdad?