A bordo del buque ‘Costa Deliziosa’ viajan cerca de 200 españoles que están realizando la vuelta al mundo.

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Costa Cruceros está trabajando con las autoridades para encontrar un puerto como destino final del Costa Deliziosa el próximo 26 de abril, que pueda garantizar la máxima seguridad y posibilitar la vuelta segura a casa de pasajeros y tripulación. A bordo de este buque viajan una veintena de mallorquines, que llevan desde el pasado 11 de enero realizando la vuelta al mundo.

Desde la naviera resaltan las actuales limitaciones al transporte a nivel global establecidas por los gobiernos para proteger sus territorios del coronavirus.

Uno de los puertos que se está barajando para repatriar a los cerca de 200 españoles que hay a bordo del Deliziosa es Barcelona, lugar desde cuyo puerto se inició esta singladura por todo el mundo, pero los turistas españoles coinciden en señalar en que el Gobierno español debe dar su autorización.

Los mallorquines y el resto de españoles esperan que se apruebe la petición de Costa Cruceros, porque ello les evitaría muchos problemas logísticos.

Las mismas fuentes de la naviera indican que «se actualiza diariamente la información a los pasajeros a bordo y se asegura de que todos sus huéspedes reciban la asistencia logística adecuada para volver a sus países de origen».

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Corredor sanitario

Costa Cruceros puntualiza que ningún crucerista español se va a quedar tirado en Italia, ya que el final del viaje acaba en Venecia, que está en estos momentos cerrada a cal y canto a los turistas por la confinación decretada por el Gobierno italiano por la COVID-19.

En caso de que el Gobierno español no deje atracar el buque en Barcelona para poder bajar los 200 españoles, Costa Cruceros estudia establecer un corredor sanitario en Venecia, para trasladarlos al aeropuerto de la ciudad italiana y que puedan embarcar en los aviones que se fleten para tal motivo.

El nivel de preocupación es máximo entre los pasajeros del buque, porque los días pasan y no hay una solución definitiva.

Los mallorquines y resto de españoles mantienen cada día, por la tarde, una reunión para intercambiar opiniones y analizar con miembros de la tripulación las últimas novedades sobre cómo evolucionan los acontecimientos y el silencio administrativo que mantiene el Gobierno con su problema.