Juan Enrique y Rafael Escalas, con varios de sus trofeos en el polideportivo al que dan nombre. | Teresa Ayuga

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El apellido Escalas forma parte de la historia de la natación y del deporte balear y español. Los hermanos Rafael y Juan Enrique marcaron una época y un punto de inflexión en la piscina, dejando para la posteridad sus gestas y reconocimientos varios, plasmados, por ejemplo, en el polideportivo palmesano al que dan nombre.

Su linaje va a formar parte de la larga lista de historias de solidaridad que rodean a la crisis sanitaria del coronavirus. Rafael, el mayor de la saga, hace muchos años que reside en los Estados Unidos, en Nashville (Tennessee), aunque regularmente visita su Mallorca natal, donde viven su hermano, Juan Enrique, su madre y demás familiares y amigos del primer finalista olímpico de la historia de la natación balear, en los Juegos de Moscú 1980 en los 1.500 metros, logrando allí diploma.

Pero también tiene la saga Escalas vinculación con Valladolid, más concretamente con la localidad de La Cistérniga, donde está ubicada la fábrica de la empresa de bañadores y equipamientos para la natación que creó y dirige desde hace años Rafael. Y de la que su hermano es también socio y fundador. Agonswim es un referente en el sector, pero ante la falta de actividad y la baja demanda de pedidos, ha decidido mantenerse en marcha y poner su infraestructura al servicio de la lucha contra la COVID-19 fabricando batas, mascarillas y también delantales, que la Junta de Castilla y León reparte entre residencias y centros sanitarios.

«La producción ha bajado un 90 % y por eso hemos decidido ponernos manos a la obra y ayudar, fabricando unas 200 batas diarias que ponemos a disposición del gobierno autonómico», comenta Rafael, «contento» por poder echar una mano y «con ganas de que esto se acabe».

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Su hermano, Juan Enrique, explica que «es la Junta de Castilla y León la que proporciona el material, homologado, y nosotros ponemos la maquinaria y la mano de obra. Es una forma de mantener en marcha el engranaje y ayudar en un momento difícil». Añade que esas 200 unidades diarias de batas sanitarias son recogidas por «una empresa de colchones, que hace el reparto en residencias de la tercera edad. Y cuando se cubran esas necesidades, se llevarán a otros centros donde sean necesarias».

El siguiente objetivo fue poner la infraestructura de Agonswim a disposición de la fabricación de mascarillas sanitarias «siempre con el material adecuado y cumpliendo con la normativa», añade Juan Enrique Escalas, accionista de la empresa y conocedor de la labor que se realiza por parte del equipo que coordinan, desde Nashville Rafael Escalas, y ya en Valladolid la ex nadadora Henar Alonso-Pimentel.

Los dieciséis trabajadores de Agonswim han asumido esa nueva responsabilidad de manera ejemplar y se han volcado con una causa que les ha permitido seguir activos y ser muy útiles.

Un caso positivo próximo que agudiza su sensibilidad

La familia Escalas vivió de cerca la crisis, pues una de las hijas de Rafael, Marina, que estudiaba en Barcelona, dio positivo por la COVID-19, pero ya está recuperada.