Iván Silió, en Palma. | AGUSTINA S. LINDE

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Shinya Yamanaka fue la principal inspiración del joven investigador mallorquín Iván Silió. Yamanaka, profesor de la universidad japonesa de Kobe y premio Nobel de Medicina 2012, ha realizado grandes investigaciones en biología y regeneración de células. El jurado de los Nobel reconoció que sus descubrimientos «han revolucionado nuestra comprensión de cómo se desarrollan las células y los organismos».

Iván Silió siente una gran fascinación por las células madres, campo en el que trabaja. Sus investigaciones le ha llevado a patentar un proyecto puntero que ayudaría a combatir el envejecimiento. Se llama PANAX, y bajo este nombre ha creado una molécula, un mimético que activaría la proteína AMPK, encargada de controlar nuestra energía celular.

«Los estudios en animales demuestran que aquellos que usaban genes mutados relacionados con los receptores de insulina vivían mucho más tiempo». Silió observó que la Metformina (un medicamento genérico que se usa como antidiabético) activaba la proteína AMPK, y ésta a su vez tenía otro activador, el AICAR, una molécula sin patente y que «los científicos de todo el mundo la han estudiado para investigar más la AMPK. Hay cantidades de publicaciones sobre esto. Yo he consultado más de 2.000 artículos».

Así se dio cuenta que la AICAR y la Metformina, pese a funcionar en temas relacionados con la diabetes o cardiovasculares y de otras enfermedades, «no son eficaces o buenas para tomar». En 2016 se puso a trabajar duro y en 2018 este científico patentó el producto. «La analogía es como un coche donde aceleras pero no hay freno», reflexiona.

Iván Silió aspira a que se consiga ese freno a través de la pastilla. «El objetivo y mi promesa es que el medicamento pueda dar más años y más salud». El consumo, dice, sería diario, puesto que si no, no haría la función que se persigue. ¿Y qué se conseguiría? No es una novedad hablar de los 120 años de vida. De hecho, muchos científicos ya barajan la posibilidad de alcanzarla cada vez más.

El estudio todavía se encuentra en fase preclínica, con previsión de que pueda ser una realidad dentro de cinco años. Iván Silió, licenciado en Química por la UIB y especialista en Biología molecular, cuenta con el apoyo de un Centro de Investigación para llevar a cabo las investigaciones del medicamento que combatiría el envejecimiento.