Desde que estallara el ‘boom’ turístico en los años sesenta, Balears se ha convertido en una comunidad que atrae a trabajadores de otros lugares, tanto de España como de fuera. El modelo turístico se caracteriza por emplear a una gran cantidad mano de obra poco cualificada. El convenio de hostelería es de los mejores del Estado. Una suma que se convierte en un gran atractivo. | Daniel Espinosa

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Solo un año antes de la irrupción de la pandemia, Baleares recibió la mayor cifra de trabajadores de la Península de los últimos diez años. Así se desprende de los datos de movilidad laboral publicados recientemente por la Agencia Tributaria (AEAT). En 2019 llegaron a las Islas 9.034 asalariados de otras comunidades, un 9 % más de los que llegaron un año antes. Se trata, además, de la mayor cifra desde 2007, justo antes de la anterior crisis económica, cuando 9.154 trabajadores peninsulares se trasladaron a Baleares.

Desde entonces y hasta 2015, como se aprecia en el gráfico adjunto, no se registró un incremento notable en la movilidad laboral. Una vez superada aquella crisis, siguió al alza hasta 2019. La tendencia cambiará de nuevo cuando se publiquen los datos de este 2020, el peor año en términos económicos y en el que prácticamente se ha paralizado la actividad económica.

El principal motivo por el que Baleares es una comunidad atractiva para los trabajadores del resto de autonomías es su dinamismo turístico. El año pasado se alcanzó un récord de viajeros, lo que se tradujo en un máximo histórico de asalariados a la Seguridad Social.

Aunque el Producto Interior Bruto (PIB) de Baleares ralentizó su crecimiento en 2019 en comparación con los años previos, sí que se alcanzó la cifra más alta de trabajadores, con una media de 534.864 asalariados.

Las principales comunidades de donde proceden los empleados que se trasladan a Baleares son de Andalucía (2.400), Catalunya (1.574) y Madrid (1.563). Llegaron más hombres que mujeres, la mayoría era de nacionalidad española, y tenían entre 26 y 55 años. Se trata de una tendencia que se repite año tras año cuando hay bonanza económica.

En el lado opuesta figuran La Rioja y Cantabria, desde donde se desplazaron para trabajar en las Islas 29 y 68 personas, respectivamente.

Llama la atención, asimismo, que Baleares logró el tercer mayor saldo positivo, más entradas que salidas, de España. Solo se situó por detrás de Madrid y Catalunya. Le siguió, a larga distancia, Canarias.

Salidas

El año pasado, 5.148 residentes de Baleares se marcharon a trabajar a otra comunidad. La mayoría lo hicieron, como es habitual, a Catalunya (1.299), Madrid (809) y Valencia (725). La cifra de asalariados que se marcharon fue también la mayor desde 2010 y está relacionado con la expansión económica. A menor crecimiento del PIB, menor movilidad laboral, también desde las Islas a otras comunidades.

De todos modos, el resultado final, como ha ocurrido siempre, fue positivo. Es decir, llegaron a Balears más trabajadores de los que se trasladaron a otra comunidad. El saldo positivo en 2019 fue de 3.886 personas, más del doble que el registrado en la otra comunidad turística por excelencia, Canarias (1.460).

Ningún año de la serie histórica se registraron más salidas que entradas, algo que no se descarta en este atípico 2020.