Pere Garcia es doctor en Historia. | Pere Bota

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Pere Garcia (Pollença, 1983) es el autor de Menys vividors, més feina! Les lluites per al treball a la Mallorca de la Transició, publicada por Calumnia Edicions. Garcia es doctor en Historia con la tesis Sindicalismo en Mallorca durante la Transición (1973-1981) y es autor de Salvem sa Dragonera. Història dels ecologismes a Mallorca.

¿Qué aborda exactamente en su último libro?
— La movilización de los parados en Mallorca durante la Transición, teniendo en cuenta que en 1975, año de la muerte de Franco, había 5.000 personas sin empleo en Baleares y en 1981 ya eran 45.000.

¿Y a qué se debió ese incremento? ¿A una gestión peor que la franquista?
— No, se debió a las sucesivas crisis económicas iniciadas con la del petróleo en 1973. Ya en 1975 vinieron pocos turistas a Balears. Hasta 1979 no hubo una cierta recuperación. Las leyes franquistas eran proteccionistas con el trabajador, pero no se cumplían. Con la Transición, se liberalizó aún más el mercado laboral y se abarataron los despidos. Así, se cargó la crisis sobre los trabajadores. Fue la herramienta de las grandes empresas para afrontarla.

Y es entonces cuando empiezan a organizarse los trabajadores.
— Sí. Hay que tener en cuenta que entre 1975 y 1977 cerraron casi 300 hoteles, sobre todo establecimientos pequeños y de carácter familiar. Con posterioridad, las empreses turísticas hicieron suyos estos hoteles o absorbieron sus plazas a través de grandes establecimientos. Antes de todo eso, un trabajador de un hotel podía estar prácticamente todo el año en activo, pues en invierno se dedicaba a reformas en el inmueble. No sólo desapareció esa situación, sino que las temporadas turísticas eran cada vez más cortas. Aun así, seguían viniendo trabajadores de la Península en condiciones precarias y muchas veces engañados con una oferta de empleo que al final no se cumplía. Y los que sí conseguían trabajo dormían en literas en almacenes. Sin arraigo y sin apoyos familiares, no protestaban.

¿Cuáles fueron las primeras protestas?
— Fueron las primeras y fueron importantes. Ya en enero de 1976, sólo dos meses después de la muerte de Franco, hubo un encierro de parados en la iglesia de Sant Miquel, en Palma. El encierro duró dos días hasta que fueron desalojados por la Policía. También en 1976 hubo una gran manifestación con miles de personas entre el Molinar y el centro de Palma. Una de las reivindicaciones era que no vinieran más trabajadores de la Península. Hubo asambleas de parados con la participación de más de 2.000 personas. Todas estas actuaciones eran impensables unos meses antes. En 1978 hubo una Marxa pel Treball i la Cultura que duró 20 días entre Palma, Manacor y Lluc.

¿Y cuáles fueron las primeras organizaciones?
— La Assemblea d'Aturats, que agrupó a los gitanos de Son Banya, y la Sapiència. La primera tenía como responsable a Pau Garcia y la segunda, a Jaume Santandreu, con una mayor dedicación a los marginados. Organizaron numerosas movilizaciones: asambleas, manifestaciones, huelgas, huelgas de hambre, ocupaciones de edificios públicos... Consiguieron centenares de trabajos públicos de carácter temporal. El Tío Quico dirigía a los gitanos de Son Banya y pedía trabajo para los suyos antes de que irrumpiera el negocio de la droga.

Y supongo que estas primeras organizaciones dieron paso a los sindicatos.
— Sí, entre los organizadores de aquellas primeras movilizaciones podemos encontrar a Francesc Obrador, que luego sería líder de UGT y alcalde de Calvià. Obrador estaba por entonces en CCOO clandestinamente, pero formaba parte del sindicato vertical. Con la legalización de los sindicatos en 1977, salen a la luz CCOO, UGT, CNT, USO, STEI... En 1978, CCOO y UGT tenían en Baleares más de 30.000 afiliados cada uno. Los sindicatos se se dedicaron cada vez más a la gente con trabajo y a los convenios colectivos, dejando más de lado a los parados.