En la actualidad es presidente de Foro Baleares, o lo que es lo mismo, sigue en la lucha para que la restauración vuelva a ser la que fue. O dicho de otro modo, «sigo en la lucha para que se deje de demonizar a nuestro gremio, pues ni somos los causantes de la pandemia, ni de su propagación, como piensa el gobierno que preside Francina Armengol».
¿Y los que no tienen terraza, qué?
Hablamos con él en su restaurante pocos días después de que entraran en vigor las nuevas normas dictadas por el Govern, que dejan las cosas poco más o menos como estaban: no poder servir en el interior de los establecimientos, solo poder hacerlo en la terraza a un 50% de su aforo, con cierre a las cinco de la tarde, «lo cual nos vuelve a perjudicar, sobre todo a los que no tienen terraza, porque ¿qué hacen? ¿Dedicarse al take away…? ¿Y qué beneficio reporta eso…? ¡Hombre!, algunos tienen también la solución de poder ocupar un par de plazas del aparcamiento que puedan tener enfrente… Lo cual, si lo miras bien, es un peligro, pues a nada que se despiste el conductor de un coche que pase por esa calzada puede ocasionar un atropello… Y los que tenemos terraza… Pues la verdad es que tampoco nos cunde mucho. Primero, porque estamos trabajando al 50% del aforo. Segundo, porque el día que llueve, o hace frío, o viento, no viene nadie. Y tercero, porque un restaurante, y hablo en general, a las cinco de la tarde, que es cuando la norma vigente obliga a cerrar, es cuando gana dinero. ¿Que nos obligan a cerrar a esta hora para evitar el tardeo…? Pues pasa que unos se van a su casa con los amigos y se lo montan allí, o en la misma terraza tras comprar unas botellas. Por otra parte, y ahora hablo por mi, si se deja en zonas comerciales, con alturas de 2,80 metros, entrar hasta mil personas, por qué yo no puedo, teniendo mi restaurante una altura de 9 metros? Son demasiadas contradicciones, ¿sabe? Demasiadas… Porque también puedes viajar en autobús, en metro, en avión y en tren sin que nadie controle el número de viajeros, ni las distancias que hay entre unos y otros... ¡Y no pasa nada! En cambio, a nosotros, a cines, teatros, gimnasios, ocio nocturno, etc. ¡todo son pegas! ¿Por qué? Y más cuando ahora la incidencia de muertes y contagios ha bajado».
Tratando de quitar hierro a la cuestión, y mirando hacia el futuro, le comentamos que todo puede mejorar, y más cuando las fuerzas políticas, excepto Vox, han firmado un pacto para reactivar la economía.
«Sí, lo han firmado, pero, ¿por qué no lo hicieron hace un año, a poco de ser declarado el estado de alarma…? Porque si hubiera sido en abril del año pasado... Pues igual nos lo creemos. Pero no ahora. Porque para mí, y para muchos, ese pacto no es otra cosa que disfrazar la realidad. Y lo digo porque nosotros no necesitamos reactivar la economía, sino que lo que necesitamos es reabrir nuestros restaurantes, nuestros locales... Porque cuando se nos permita eso, veremos que la reactivación se irá produciendo por sí sola... Eso si llegamos a tiempo de que podamos salvar algo. Aparte, me pregunto ¿qué van a reactivar, si todavía no se han pagado todos los ERTE, ni los llamados ingresos vitales, ni los ceses de actividad, de los que yo cobré solo uno, el de abril de hace un año…? La realidad es que se nos han prometido ayudas, o caramelitos, como las llamo, pero no todas han llegado. En cambio, los impuestos los hemos tenido que seguir pagando, incluso sin contar con ningún ingreso, lo cual a muchos les ha llevado a la ruina. ¿Por qué Cort, que lo sabe por las licencias que da, no dice cuántos negocios han cerrado desde que se declaró la pandemía? ¿Por qué no se ha hablado para nada de los suicidios que ha habido a causa de ella…?».
La Resistencia Balear y las multas
Y hablando de ruinas, Víctor reconoce que él es uno de los restauradores que ha quedado en la ruina, pues para reabrir el restaurante ha tenido que vender cosas personales, «pues debía la luz, el alquiler, a proveedores, además de haber atendido los gastos de la casa… Pero, pese a todo eso, aquí estoy. Y como yo, otros muchos»
Por último, le preguntamos sobre la desaparición de La Resistencia Balear y, sobre todo, lo que influyeron en esto las multas que cayeron, especialmente sobre los cabecillas. «Según tengo entendido, La Resistencia Balear aun sigue, y saben que pueden contar conmigo siempre. Pero es evidente que el Govern, por todos los medios a su alcance, trató de pararla a nada que se dio cuenta de las miles de personas que movilizó. En cuanto a mí, que he sido uno de los multados de mayor cuantía, reconozco que sufrí una persecución política como jamás hubiera imaginado. Llegamos a localizar a 120 perfiles falsos, o trols, que se encargaban de desprestigiarnos faltando al honor y a la verdad. Y no solo hablo por mi, sino que también lo hago por otros, sobre todo de aquellas personas a las que multaron por el simple hecho de haber asistido a la manifestación. Personas, muchas de ellas simples trabajadores de hostelería, a los que identificaron e imputaron de forma arbitraria delitos que no habían cometido. Y eso creó el pánico… Lo cual hizo que la gente, por temor a ser multada, dejara de asistir… Es como lo del camión de la última manifestación, a la que se sumaron unas 30 asociaciones, entre ellas la del ocio nocturno, que llevaba cerrado muchos meses, y... Pues que una pareja, reivindicando los derechos de quienes trabajan en la noche, estuvo bailando en ese camión durante dos minutos y veinte segundos, sin embargo fue lo que más salió en los informativos, cuando realmente ese día hubo muchas cosas más que contar».
«Que nos dejen abrir»
Víctor anima al gremio de restauración a seguir luchando por sus intereses y, sobre todo, a que no les sigan señalando como uno de los principales causantes de la propagación de la COVID-19.
«Yo no me doy por vencido. A través de los medios que pueda, y muy especialmente a través de mis redes sociales, Facebook sobre todo, y el canal de YouTube Comportándonos como adultos, seguiré recordando a la presidenta Armengol que seguimos ahí, que no hay derecho a lo que están haciendo con nosotros»
En cuanto al pacto por reactivar la economía, «yo lo considero como otro caramelito que nos quieren dar. Como otros muchos de los que nos han dado a lo largo de estos meses, y no como una solución, que no es otra, repito, que nos dejen abrir. Porque nosotros no somos los culpables de la pandemia, sino las víctimas».
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Que nadie te compra pesaooooo! Además, ponte la mascarilla.