Marcel Mauri. | Pilar Pellicer

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Marcel Mauri (Badalona, 1977) es el vicepresidente de Òmnium Cultural, entidad catalana hermana de la Obra Cultural Balear. Su presidente, Jordi Cuixart, cumple condena en la cárcel por el referéndum del 1 de Octubre. Mauri, rostro visible de la entidad desde el ingreso de Cuixart en prisión, estuvo el jueves en Palma: participó en el Fòrum OCB con una intervención sobre amnistía y solidaridad en los Països Catalans.

Esta semana se ha hablado de un posible indulto a los presos del ‘procés’ este verano. ¿Se lo cree?

—El Tribunal Supremo ya ha dejado muy claro cuál es su posición. En la parte política, el PSOE no ha hecho nada de todo lo que dijo que haría: ni ha derogado la ‘ley Mordaza’, por ejemplo, ni ha facilitado el ‘reencuentro’ [entre la Generalitat y el Gobierno] que prometía. La realidad es que Jordi Cuixart lleva más tiempo encarcelado bajo el Gobierno de Pedro Sánchez que con el de Mariano Rajoy. No vemos nada que nos lleve a pensar que el PSOE vaya a hacer algo en este sentido. No ha cumplido su palabra para nada.

¿Le sorprende la contundente oposición de la derecha al indulto?

—En absoluto. Es la misma derecha que aplaudió el indulto del general Armada, al que jamás lo habría encarcelado. La misma que aprovecha cualquier ocasión para inocular odio e intolerancia, y cuando se trata de Catalunya, aun más.

El lunes, Jordi Cuixart abrazó a Miquel Iceta, ministro por el PSOE y uno de los avaladores de su encarcelamiento. Una parte del independentismo lo ha criticado.

—Jordi Cuixart siempre ha dicho lo mismo: que el proyecto independentista se basa en un solo pueblo. Incluso al juez Marchena le dijo que no conseguirían que [él] odiara. La sociedad catalana no está dividida, si acaso polarizada.

¿No es ingenuo abrazar al que avala un encarcelamiento «injusto» y «represivo»?

—Insisto, en Catalunya hay consenso amplio respecto a varios temas: por ejemplo, el 80 % se opone a la monarquía. Cuixart no es un político sino un activista que hace y siente lo que cree. Y si dice que hay que construir puentes, luego quiere ser coherente, también con los que se oponen. Y es evidente que no lo haría con alguien de la extrema derecha, de Vox. Si este abrazo molestó a algunos es porque aun hay heridas abiertas y hay que trabajarlo. Repito: este abrazo demuestra su voluntad de construir puentes.

Ustedes perseguían la independencia y han acabado pidiendo la amnistía.

—En un contexto de represión, lo primero que hay que hacer es estar al lado de los represaliados. Pero además creemos que podemos convertir esta lucha contra la represión en una lucha política, lo que nos permite avanzar para conseguir la libertad del país. La lucha por la amnistía es la lucha por la autodeterminación.