Moviment Feminista de Mallorca reunió a más de 200 personas que reclamaron la libertad del las mujeres afganas. | Pilar Pellicer

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Al menos 200 personas, según datos de la Policía Nacional, denunciaron este viernes que las mujeres y las niñas afganas no están a salvo en manos de los talibanes. Lo hicieron ayer con poderío durante la concentración convocada por el Moviment Feminista de Mallorca en la plaza de España, en Palma, bajo el lema ‘No miremos hacia otro lado', que significa «que no quede este tema olvidado de aquí a una semana, que hay que señalar la situación», explicó una de las portavoces del colectivo feminista, María José Busquets.

A las 20.00 horas, con mascarillas y manteniendo las distancia de seguridad, los carteles que ilustraron la concentración hablaron por sí solos:‘Con nuestras hermanas afganas, acogida digna ya', ‘El peligro más mortífero es el patriarcado' o ‘El burka no es tradición, es presión y sumisión para las mujeres'. Esta última frase acompañaba a dos manifestantes totalmente tapadas de cabeza a pies como gesto de denuncia.

El colectivo feminista leyó un manifiesto en el que pedían defender los derechos y las libertades de las mujeres afganas. «Esto es una llamada urgente en vista del avance del talibán y de toda la gente que quiere salir del país. Hay que señalar e informar de la situación en la que se quedarán las mujeres, y no debemos mirar hacia otro lado», indicó la portavoz. Con todo, pidieron al Govern que facilite el derecho al asilo a las mujeres afganas que así lo solicitan. «La institución debe facilitar las tramitaciones a todas ellas que se encuentren en situación de riesgo que quieran salir. No hay que dejar a esa población tirada», explicó.

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Reacciones

«Los derechos de las mujeres en el mundo están siendo ninguneados y en especial en Afganistán. No podemos mirar hacia otro lugar», criticó Alejandro Macià, uno de los asistentes a esta convocatoria. Opinó, además, de la necesidad de que España reaccione a la repatriación de afganos:«Mientras Estados Unidos llevó en un avión a 800 personas del país, España solo ha traído a 150 en dos aviones».

El ambiente se calentaba más a medida que pasaban los minutos. «Esto no se puede consentir, es una vergüenza lo que han hecho sin tener en cuenta los derechos de ellas. No se puede aceptar lo que hacen los talibanes a las mujeres», defendió Marisa Bonache, acompañada de su amiga Magdalena. Ambas insistieron en luchar «por nuestras hermanas», y no solo las de Afganistán, «sino las de cualquier parte del mundo», añadieron. Magdalena, en consonancia, se mostró muy desilusionada «con el mundo» por cómo trata el conflicto.

Durante el acto, recordaron «defender» los derechos humanos de esas mujeres y niñas, e insistieron en construir un país en lugar de «mirar por los intereses». La concentración concluyó con una gran ovación de los asistentes tras la lectura de las 29 prohibiciones que las mujeres afganas van a tener que cumplir con el régimen talibán. Tras el prolongado aplauso se escucharon frases como «¡No les dejan vivir!'». De forma simultánea también se llevó a cabo otras dos concentraciones, una en la plaza de España de Inca y otra en la plaza de sa Bassa en Manacor.