Hace 100 años se inauguró una de las líneas férreas que quizás han pasado más desapercibidas de la historia de Mallorca. Se trata del tranvía que desde el 14 de octubre de 1921 y hasta la década de 1940 unió los núcleos costeros de s'Arenal y del Coll d'en Rabassa. «Discurría por un entorno único e irrepetible, una costa totalmente natural, llena de dunas y cuyo trayecto ofrecía vistas al mar, a la costa y a las playas que entonces eran paradisíacas», explica el presidente de la Associació d'Amics del Ferrocarril, Miquel Àngel Riera.
Precisamente Amics del Ferrocarril organizó este jueves una conferencia en la Estación Intermodal durante la cual se presentó el libro de Antonio Sanchis titulado El tranvía del Arenal. «Un evento sencillo con el que queremos rescatar del olvido aquél tranvía que fue el primero de Balears que funcionó con motores de combustible y no con vapor», resalta Miquel Àngel Riera.
Los responsables de su puesta en marcha fueron el ingeniero Gabriel Roca y el empresario José Fontirroig, que consiguió la concesión de la línea. El ‘carrilet', «que era como conocían el tranvía los vecinos del Coll, Can Pastilla y s'Arenal, era un pequeño tren que apenas alcanzaba los cuarenta kilómetros por hora, que entonces era una velocidad de vértigo», explica el presidente de la Associació d'Amics del Ferrocarril. A lo largo de la línea, «la vía tenía que cruzar la síquia de Sant Jordi y el Torrent dels Jueus, por eso se construyeron dos puentes, que igual que la vía, han desaparecido por completo», incide Miquel Àngel Riera. «Se sabe que se utilizaron los antiguos coches de pasajeros de los primeros tranvías tirados por mulas de Palma y que se tuvieron que adquirir otras locomotoras porque las primeras se calentaban demasiado», añade.
Pero la aventura del ‘carrilet' duró poco más de 15 años. «La línea no generó los beneficios esperados, se planteó alargar la vía para conectarla con la estación del tren de Palma y hasta se quiso utilizar para transportar mercancías pero la compañía quebró después de la Guerra Civil y terminó en manos de los tranvías de Palma», concluye Riera.
3 comentarios
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Quiero darle las gracias a Miquel Àngel Riera por contar esta historia.
No habia tanto politico de guante blanco....
NO CABE DUDA....antes se hablaba menos y se hacía MAS