Las reparaciones en plurifamiliares han sustituido las obras de nueva vivienda. | Gemma Andreu

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El ritmo de construcción de viviendas plurifamiliares en Baleares está cayendo en picado. Y lo está haciendo al tiempo que sigue disparada la construcción de unifamiliares, cada vez más caras y de mayor superficie. En otras palabras, la casa de lujo de promoción extranjera está liderando la actividad inmobiliaria mientras la plurifamiliar se paraliza justo en un momento en que apremia la demanda de vivienda.

Así se desprende del Informe sobre edificación en 2021 del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears (COAIB) y presentado este lunes por la decana Marta Vall-Llosera y el presidente de la demarcación de Mallorca, Joan Cerdà. Las estadísticas revelan además que el retroceso de las plurifamiliares no es óbice para que los visados de construcción superaran el año pasado las cifras prepandemia: un 3 % más de obras que en 2019 y un 9 % más que en 2020. Se trata de los registros más altos desde 2008.
De hecho, las cifras podrían ser más elevadas de no ser por la crisis que vive la vivienda plurifamiliar, cuya caída «está lastrando la recuperación». Esa reactivación está liderada por la unifamiliar en primer término, seguida de edificaciones turísticas, sanitarias, públicas e industriales.

La vivienda plurifamiliar libre cayó un 14 % respecto a 2020, mientras que la caída de la protegida llegó al 39 %. Paralelamente, la unifamiliar, que venía de un 6 % de subida respecto a 2019, ha crecido un 17 % respecto a 2020. Las diferencias del peso en el mercado y la actividad inmobiliaria que tienen ambas tipologías de vivienda quedan reflejadas en el reparto de las partidas presupuestarias: las 2.106 plurifamiliares construidas en 2021 costaron 283 millones de euros por los 707 millones que costaron las 1.442 unifamiliares, más del 70 % del presupuesto total.

Más diferencias: las del suelo ocupado. En 2006 el 23 % de la superficie total se destinaba a unifamiliares. En 2021 ese porcentaje se duplicó: de cada 100 metros cuadrados edificados en Balears el año pasado, un total de 47 son de vivienda unifamiliar. «Son datos preocupantes», señalan desde el COAIB, y más si cabe, insisten, al constatar que la creación de VPO no consigue suplir ese creciente vacío: la pérdida de vivienda plurifamiliar de promoción privada no se está viendo compensada por la creación de plurifamiliares protegidas. La construcción de VPO, de hecho, está muy por debajo de los estándares europeos aunque ese no es un problema exclusivo de las Islas: el parque de viviendas protegidas en grandes ciudades europeas es equivalente al de toda España. «La pandemia no ha creado el problema de la vivienda plurifamiliar, ya existía». En palabras de los responsables del COAIB, estamos viviendo el periodo de menor creación de vivienda nueva de nuestra historia reciente. No se trata de alcanzar el ritmo de creación de nueva viviendas de los años 70 y 80 (en torno a las 15.000 y 20.000 anuales; ahora es de unas 4.000), sino de dar respuesta a un problema «que se tiene que abordar ya porque falta mucha vivienda».

Entre los factores que explican esa realidad actual el COAIB identifica dos principalmente: un mercado que se decanta por los proyectos más rentables y que le presenten mayores facilidades y los atascos administrativos. Los promotores tienen en cuenta un valor del suelo que va a tener una vinculación directa con el precio final de su promoción. Los retrasos en la concesión de licencias, por otro lado, han llegado a alcanzar los 16 meses cuando el plazo establecido por ley no debe superar los tres meses. Las soluciones pasan por una intervención política que reoriente las tendencias del mercado y genere herramientas legales para incentivar la creación de plurifamiliares permitiendo crecer en altura o impulsando políticas fiscales atractivas. «Hay que consensuar posturas más allá de colores y que esas políticas se planteen y desarrollen a medio-largo plazo».

El apunte

Los arquitectos, a favor de dividir en lotes la licitación de centros sanitarios

La reciente polémica por la licitación de nueve futuros centros de salud –que el Tribunal Administrativo Central mantiene suspendida tras un recurso de PIMEM– ha hallado un posicionamiento claro también en las filas del COAIB. Los arquitectos coinciden con las patronales empresariales en que hubiera sido preferible dividir la concesión en lotes diferenciados, a su entender por cuestiones más que nada cualitativas. «Ir proyecto por proyecto y hacerlo a pequeña escala favorece la calidad. Recomendamos que los criterios obedezcan a la calidad y no al precio».