Casi 200 viajeros se quedan sin maletas tras aterrizar en el aeropuerto de la capital aragonesa.

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Los pasajeros de un vuelo entre Palma y Zaragoza de este pasado miércoles vivieron miedo. Retrasos en la salida, un aterrizaje movido, unas maletas que no han llegado a sus dueños y una compañía aérea sin hojas de reclamaciones. Así lo ha explicado en el Heraldo de Aragón una de sus pasajeras, que según cuenta la mala experiencia empezó ya en el Aeropuerto de Palma cuando la tripulación -según ella- llegó con vasos de café y tarde a la puerta de embarque.

«Íbamos gente que habíamos volado más veces, y no habíamos vivido nunca algo así», asegura la zaragozana. Y añade: «Estamos aquí, en Zaragoza, vamos a dar gracias».

Cuando todo parecía que ya no podía ir a peor llegó otra noticia. Cuando han ido a recoger sus maletas, los encargados les han comunicado a los casi doscientos pasajeros del vuelo que, debido a fuertes rachas de viento, era imposible abrir la puerta que da acceso a la bodega y, por tanto, se había quedado sin el equipaje.

La afectada, junto a otros viajeros, han acudido a la oficina desde la que responden por la compañía, cuando al llegar han visto «a la chica hablando por teléfono y decía: ‘No me diga eso comandante, se me van a echar encima'». La nave ha emprendido un nuevo viaje sin dejar las maletas a sus propietarios.

Por su parte, la aerolínea reconoció a través de Twitter «los inconvenientes ocasionados por la meteorología». Han explicado que situación fue ocasionada por fuertes vientos, y que se siguió el protocolo establecido para estos casos. Mientras, sobre cuándo recuperarán los usuarios sus equipajes o cómo van a ser indemnizados la compañía no se ha pronunciado todavía.

Otro pasajero explica a UH que su única queja «es el tema del equipaje»

«Me gustaría matizar que, en mi caso, mi única queja real es con el tema del equipaje», explica uno de los pasajeros a este periódico. Sobre la llegada de la tripulación, con cafés en la mano y después de la hora prevista de embarque, añade que no puede juzgar a esos trabajadores sin conocer «como funciona exactamente el operativo de embarque». También relata que aunque es un tema «muy subjetivo», por su parte, no encontró el vuelo «más peligroso que otros en esas condiciones meteorológicas».