El Govern lleva dos años desviando el dinero de la ecotasa al fondo COVID para hacer frente a la pandemia, pero la situación se normalizará el año que viene y el proyecto de Presupuestos recuperará la comisión que debe decidir el destino de estos millones. | Daniel Espinosa

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El dinero de la ecotasa volverá a destinarse a medidas ambientales o de mejora del modelo turístico tras tres años financiando parte del gasto generado por la COVID. El Presupuesto del año 2023, en el que ya trabaja la Conselleria d'Hisenda, recuperará la función original de este impuesto y servirá para financiar proyectos de protección del medio natural, fomento de la desestacionalización, recuperación y rehabilitación del patrimonio histórico y cultural; impulso de proyectos de investigación científica y mejora de la formación y la calidad del empleo.

La ley que regula el impuesto también establece que el dinero podrá ir a dos de las líneas clave del Govern para el año que viene: actuaciones en políticas de vivienda destinadas a fomentar el acceso a la vivienda, y especialmente el alquiler social, con criterios de sostenibilidad energética, así como actuaciones para la construcción de residencias para la tercera edad.

A otros fines

El Govern ha desviado durante estos tres años los fondos de la ecotasa a gasto provocado por la pandemia, más de 220 millones de euros entre las previsiones de 2020 y las de 2021. Este año prevé recaudar 140 millones de euros, una cantidad muy parecida a la que figurará en las cuentas del año que viene, según fuentes del Ejecutivo.

El Govern recuperará para el año que viene la Comisión de Impulso del Turismo Sostenible, que es la encargada de aprobar el destino de los fondos de la ecotasa de una manera consensuada con el Ejecutivo. Forman parte de la comisión los consells, el Ajuntament de Palma, la FELIB, CCOO, UGT, CAEB, PIME, el GOB y otras cuatro entidades ecologistas, además del Consejo Agrario Interinsular.

La suspensión de esta comisión y el anuncio de que el dinero que pagan los turistas financiaría programas contra la pandemia provocó el año pasado la reacción tanto de los hoteleros como de los sectores ecologistas. Estos últimos han criticado además algunos de los fines a los que se destina el impuesto, como la construcción de viviendas, que será precisamente uno de los ejes del Presupuesto del año que viene.

Los hoteleros, por su parte, enviaron al Parlament un durísimo escrito de alegaciones en contra de que el dinero de los turistas no fuera a proyectos turísticos o ambientales. En él aseguraban que los clientes ignoran que durante tres años, desde 2020, lo que han pagado por el impuesto «se destinará a sufragar los efectos de la pandemia, desviándose de los objetivos para los que fue creado».

Desvirtuado

La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca aseguraba que había «comportamiento abusivo» y añadía que el impuesto quedaba totalmente «desnaturalizado y desvirtuado» con esa decisión. Lamentan la «escasa transparencia» del Govern con este impuesto al no reunirse la comisión que debe decidir los proyectos.

La recuperación de los fines ambientales y turísticos de la ecotasa, además de los otros destinos complementarios, supone la vuelta a una cierta normalidad presupuestaria, después de tres años con las cuentas completamente alteradas por las necesidades de la pandemia.