Alumnos accediendo a la escuela en Baleares. | Daniel Espinosa

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Los centros educativos de Baleares tendrán este curso 2022-2023 un protocolo de actuación frente a altas temperaturas excepcionales, debido a que las olas de calor se están volviendo cada vez más habituales. El protocolo se ha remitido este jueves a los centros, en previsión de que se puedan producir situaciones de altas temperaturas los meses de septiembre, octubre, mayo y junio. El documento ha sido elaborado desde la Dirección General de Planificación, Ordenación y Centros y la Dirección General de Personal Docente. Contiene medidas (que se pueden adaptar y concretar, matiza la Conselleria) para minimizar los efectos del calor, con el objetivo de preservar el bienestar de alumnos, profesores y otros trabajadores.

Con carácter general, este protocolo se puede activar entre el 1 de junio y el 31 de julio y del 1 al 30 de septiembre, aunque se contempla que se pueda hacer también en otros momentos en función de las condiciones meteorológicas. Será la Dirección General de Planificación la que informe de la activación del protocolo a partir de la información proporcionada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El protocolo se activará a partir del nivel de alerta amarillo (riesgo). Para el nivel de aviso amarillo se establecen medidas generales, y con aviso naranja las medidas organizativas se amplían y son más específicas teniendo en cuenta las actividades lectivas, complementarias, extraescolares y servicios complementarios como comedor o transporte escolar.

El protocolo también incluye recomendaciones generales de protección, como mantenerse hidratado, permanecer en lugares frescos, a la sombra o climatizados o consultar a un profesional sanitario ante síntomas de un golpe de calor. Desde la Conselleria han subrayado que el hecho de contar con este protocolo permitirá reducir el tiempo necesario para resolver cada situación y reducir también el margen de error en las decisiones, teniendo en cuenta las características de cada centro y sus espacios. Se prevé complementar este protocolo con el plan de adaptación climatológica que el Ministerio de Educación y Formación Profesional publicará en 2023. Este plan incluirá estudios técnicos específicos de las condiciones en centros docentes y su realidad climática en función de su ubicación geográfica, orientación, tipología constructiva, calidad del aislamiento, exposición al sol, etc.