En su escrito, apunta a la importancia de «mejorar la comunicación y reforzar la cooperación entre el IMAS, la Fiscalía de Menores y las fuerzas y cuerpos de seguridad nacionales para evitar nuevos casos. Además, recalcan que los niños víctimas de abusos deben recibir la mayor atención posible por parte de las autoridades que los tutelan, protegerlos en todo momento de los abusadores, al tiempo que recuerdan que el indicador más peligroso son las fugas de los centros, por eso deberían alertar a todas las partes interesadas de inmediato, cuando sucedan.
El escrito señala que para evitar nuevos episodios «debe mejorarse el sistema de protección de los menores tutelados en las Islas con más personal, educadores, técnicos y otros profesionales en los centros de protección; fondos y una mayor y mejor formación de los trabajadores.
También señalan la necesidad de «repensar el sistema de menores», creando centros de protección específicos para menores con problemas de conducta y hace hincapié en «la importancia de mantener la comunicación con los padres de los niños, como una forma de maximizar su participación en el proceso de recuperación de los menores».
Pero sobre todo, apostilla el texto de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, «hay que hacer énfasis en la prevención, en la lucha contra el fracaso escolar y la drogodependencia, así como dotar a los menores de herramientas y habilidades sociales que favorezcan su empoderamiento y su capacidad de ser asertivos ante situaciones de maltrato; sin olvidar la necesidad de advertirles de los peligros de las nuevas tecnologías de la comunicación.
Nuevo protocolo
Desde que el caso de las menores tuteladas saltara a los medios en diciembre de 2019, cuando una menor denunció una violación grupal, las principales instituciones iniciaron una serie de cambios que, curiosamente, coinciden con las recomendaciones de la Comisión. Entre ellos, crear referentes en victimización sexual en los centros, una mayor coordinación entre instituciones, charlas afectivo-sexuales, formación específica para educadores, protocolos de vigilancia adaptados a los nuevos tiempos y a las nuevas formas de relacionarse de los jóvenes, así como la puesta en marcha de un centro especializado en Mallorca con ocho plazas para menores rescatadas. Son algunas de las medidas que el IMAS ha puesto en marcha para evitar que se produzcan nuevos casos de explotación en la Isla.