El presidente ruso, Vladímir Putin. | Reuters

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Desde el inicio de la guerra de Ucrania crece la preocupación ante una posible crisis nuclear mundial. La puesta en marcha (en fase de pruebas) del nuevo sistema de alertas de protección civil a la población a través de la telefonía móvil, la compra de pastillas de yodo por parte del Ministerio de Interior y la orden que han recibido los operadores de gaseoductos para reforzar la vigilancia de estas infraestructuras estratégicas, han disparado todas las alarmas. ¿Está Baleares preparada para una amenaza nuclear?

Fuentes del Ministerio del Interior desvinculan el nuevo sistema de alertas de protección civil a la población de la escalada bélica entre Rusia y Ucrania. Aunque serviría para advertir a los ciudadanos de un incidente nuclear, el sistema de avisos móviles está pensado principalmente para prevenir y minimizar los daños de catástrofes naturales como las inundaciones, terremotos o erupciones volcánicas.

Países europeos como Noruega recomendaron ya hace meses a sus ciudadanos que todos los menores de 40 años almacenen pastillas de yodo en sus casas para consumirlas en caso de liberación de radiación, pero en España no se ha hecho a día de hoy ninguna recomendación similar a la población. El Ministerio de Interior confirma la compra en 2021 de pastillas de yodo, pero desvincula esta compra de una posible amenaza nuclear derivada de la Guerra de Ucrania. No está previsto repartir pastillas de yodo entre la población de Baleares. La compra de este tipo de productos forma parte de los planes de protección en el entorno de centrales nucleares de España y lleva haciéndose de manera regular desde hace años. El último contrato de 2021 persigue, según el Gobierno central, reponer las pastillas de yodo caducadas que se distribuyen en las cinco comarcas de España en las que existen centrales nucleares, para casos de posibles accidentes. Se trata de poblaciones de Cáceres, Tarragona, Valencia y Guadalajara.

El Plan de Emergencia Nuclear del departamento de Protección Civil, dependiente del Ministerio del Interior, contempla el uso de yodo para los ciudadanos que puedan verse expuestos a radiación en un determinado momento. Este protocolo establece que los menores de 18 años, embarazadas y madres lactantes son quieres primero deberían recibir el suplemento. El siguiente sector de la población al que se le administraría sería el de los adultos entre 19 y 40 años. Los mayores de 40 años son los últimos.

En cuanto al despliegue de fuerzas de seguridad, la Guardia Civil dispone en Baleares de un Servicio de Desactivación de Explosivos y Defensa NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química). En sus inicios la misión principal de las unidades de artificieros fue la desactivación de explosivos militares no detonados, así como de municiones no explosionadas. En los 70 ante la amenaza terrorista se crean el cuerpo de especialistas en explosivos de la Guardia Civil y el Departamento Central de Desactivación de Explosivos (DECEDEX). No es hasta el año 2000 cuando este servicio asume las funciones de Defensa NBQ (Nuclear, Biológica y Química), con la denominación de Servicio de Desactivación de Explosivos y Defensa NBQ.

En el año 2004, para hacer frente a la amenaza del empleo de sustancias de naturaleza nuclear, radiológica, biológica y química, se desarrolla el Sistema de Defensa NRBQ de la Guardia Civil y se crea la Unidad Técnica NRBQ en el seno del SEDEX. Le corresponde la esta unidad el control especializado en amenazas con agentes agresivos nucleares, biológicos y químicos. Esta es la brigada que interviene por ejemplo en caso de accidentes en el traslado de material de agentes radiactivos a los hospitales.