De izquierda a derecha, Jorge Campos, Idoia Ribas y Sergio Rodríguez, de Vox, exhibiendo banderas de España al final de una de las dos intervenciones del primero  al preguntar a la presidenta Armengol.    | M. À. Cañellas

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Vox, con tres de los 59 escaños del pleno del Parlament, convirtió la negativa de un grupo de escolares del colegio concertado de La Salle a quitar una bandera española y la posterior suspensión de las clases en un ejemplo del ataque del Govern a la bandera y a todos lo que la represente. El portavoz de este partido, Jorge Campos –que se hizo eco de la versión dada por los padres que denunciaron el hecho– preguntó su opinión a la presidenta del Govern, Francina Armengol, y concluyó su intervención diciendo «Viva la libertad y viva España». Campos desplegó una bandera de tela y sus compañeros de escaño, otras de cartón.

«Esto no va de banderas ni de fútbol, esto va de la autoridad de los profesores dentro de las aulas    y de las amenazas de muerte contra la profesora y la exposición pública de su familia», dijo la presidenta Armengol al diputado, a quien reprochó que utilizara una estrategia que tildó de «fascista». La referencia al fútbol es porque los alumnos de La Salle dijeron que la bandera representaba su apoyo a la selección española que juega el Mundial en Qatar. La presidenta indicó que «una profesora, por hacer su trabajo, está siendo amenazada de muerte en las redes, su hija ha sido mostrada en redes y también la dirección de donde viven». Según Armengol ese modo de actuar y de llamar al odio «es propio del fascismo». Campos se desmarcó de los ataques en redes. «No le permito que nos relacione con las amenazas que ha recibido esta profesora de catalán, amenazas que condenamos. No hay que amenazarla, hay que expulsarla», comentó antes de poner fin a su intervención con el doble lema de «Viva la libertad y viva España».

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Pero antes, todavía atribuyó estas amenazas «a la lamentable dirección del centro, al Govern y a sus terminales subvencionadas». En opinión del diputado, «es inconcebible que se pueda atribuir a la exhibición de la bandera nacional la ruptura de las normas de convivencia» (lo decía por la defensa de hace la izquierda de la autoridad del profesorado en las aulas e insistió en su teoría habitual sobre el «adoctrinamiento separatista». Armengol, visiblemente irritada con Vox, aseguró que ya no espera nada de ese partido pero que tampoco esperaba «el silencio atronador de ese otro partido», en alusión al Partido Popular.    En un primer momento, Nuevas Generaciones, la organización juvenil del PP, dio por buena la versión de las primeras denuncias a través de Twitter.

El portavoz del PP, Antoni Costa, aprovechó su pregunta a Armengol –que era sobre otro asunto, concretamente por las carencias de la Atención Primaria en la sanidad balear– para declarar que «a nosotros siempre nos encontrará en la moderación y la prudencia». Según la presidenta, esa respuesta todavía le inquietaba más procediendo de un partido que quiere ser alternativa de gobierno y le reclamó «una condena clara» de las amenazas a la profesora. Y añadió que su «actitud equidistante» sólo se explicó desde el sometimiento del PP a «la extrema derecha».

Concluida la sesión de control al Govern, y mientras continuaba el pleno del Parlament con los demás asuntos del orden del día, PSIB, Més per Mallorca y Podemos anunciaron una proposición de ley en apoyo al profesorado, en general, y a la profesora de La Salle Palma y al claustro de este centro, en particular. La proposición no de ley también pide condenar y denunciar  todas aquellas manifestaciones «de carácter amenazante e insultante»    que se han realizado en las diferentes redes sociales, y considera «intolerable»    la «instrumentalización política» por parte de algunos grupos.