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Pasado, presente y futuro se han fundido este miércoles por la mañana en el Parlament balear para rememorar los 40 años del vigencia del Estatut d'Autonomia, que entró en vigor el 1 de marzo de 1983. Aunque la Cámara celebra cada año un acto institucional con motivo de el Dia de las Illes, el de esta jornada ha tenido un formato diferente para reconocer la labor de personas de épocas diferentes que han jugado un papel determinante en estas cuatro décadas. El presidente actual de la Cámara, Vicenç Thomàs, les ha hecho entrega de una litografía de María Carbonero en un acto cargado de simbolismo y donde las presencias han sido tan relevantes como las ausencias.

Francesc Tutzó, que participó en la llamada Comisió dels Onze, que en 1980 redactó el proyecto que luego se aprobaría, ha sido el primero en intervenir. Ha rememorado algunos momentos que marcaron aquel proceso, pero también ha mirado al futuro. Ha dicho que el Estatut todavía tiene recorrido y que es preciso aprovechar la experiencia de entonces, la del acuerdo que marcó la Transición sobre todo. Según Tutzó, hay una asignatura pendiente, que es la financiación.

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El presidente del Parlament, Vicenç Thomàs, ha cerrado el acto -que se ha celebrado en el salón de plenos para darle más realce - con un discurso en el que, también, ha profundizado en la necesidad de reformar el Estatut, igual que hiciera el martes la presidenta de Baleares, Francina Armengol. Thomàs ha apuntado que el contexto actual reclama un gran debate y que, ese debate, debe servir para profundizar en el desarrollo estatutario, concretando y clarificando el alcance de las competencias propias pero, también, «garantizando la financiación necesaria que reconozca la realidad insular y el crecimiento poblacional» para «atender adecuadamente al estado de bienestar».

Ha habido un reconocimiento no sólo para quienes formaron parte de la Comisió dels Onze (además de Tutzo, han participado Ignasi Ribas, Lluis Pinya y Josep Ribas; otros cinco han fallecido y dos no han podido acudir), sino para quienes llevaron el trámite de su aprobación en el Congreso y de quienes protagonizaron la gran reforma de 2007. También para quienes han presidido el Parlament. Con dos destacables ausencias de dos presidentas que no han sido invitadas: Maria Antònia Munar, de UM, que presidió el Parlament entre 2007 y 2010, y Xelo Huertas (de Podemos, presidenta entre 2015 y 2017). La primera fue condenada en firme, y eso le priva de distinciones protocolarias y reconocimientos. La segunda fue destituida del cargo por decisión del pleno y tras ser expedientada por su partido. La Mesa valoró si debían ser invitadas y se decidió que no. Sus nombres ni siquiera han sido citados, del mismo modo que no hay retratos suyos en la Cámara. El acto, con representación de políticos de épocas diferentes y de las distintas instituciones, ha incluido la interpretación de un cuarteto de cuerda.