Cristina Macaya en una imagen de archivo. | Esteban Mercer

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La luz de Cristina Macaya (Madrid, 1945) se apagó este jueves en Palma, de forma prematura, a los 78 años de edad. Detrás deja imborrables recuerdos entre todas aquellas personas que la conocieron y palparon de primera su carácter luchador, su pasión por la filantropía y la cultura, una labor que desarrolló siempre desde la modestia y la sencillez.

La presidenta del Govern, Francina Armengol, le dedicó unas palabras en Twitter: «Decimos adiós a una embajadora de las Islas y anfitriona de alcance mundial, una mujer libre, pionera y generosa, que mejoró nuestra sociedad con sus valores, su compromiso cultural y sus iniciativas solidarias. DEP Cristina Macaya».

Tomeu Català, presidente de Projecte Home, se mostró desolado al conocer la noticia de la muerte de Cristina Macaya: «Para mí era una persona muy fuerte física y psíquicamente. Durante todo este tiempo de enfermedad y operaciones ha demostrado su fortaleza. Para alguien que no la conocía, podía parecer frívola, pero yo que la quiero y la conozco bien puedo decir que tenía un gran corazón y era muy próxima a las personas. Y lo ha demostrado ayudando a muchas personas e instituciones. Cristina siempre estaba allí y además invitaba a sus amigos a aprender a ayudar», apuntó Català, que durante más de veinte años ha sido un gran amigo de la diseñadora.

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«Era una persona muy generosa, la quería mucho y aportó muchísimo a Mallorca», expresó el artista Ramon Canet, que mantenía una relación de amistad con Macaya «desde hace más de 30 años, cuando la conocí, son muchos recuerdos y vivencias, y aunque siempre se suele decir, Cristina era una gran persona», comentó emocionado.

Por su parte, la periodista Rosa Villacastín escribió en Twitter: «Ha fallecido una gran mujer, Cristina Macaya, coleccionista de arte, solidaria, amiga de sus amigos, su casa de Palma ha sido durante años lugar de encuentro de artistas de todas las nacionalidades». Destacó también su figura como madre «de cuatro hijos, deseo que en el más allá le vaya bonito». Otra periodista, en este caso Paloma Barrientos, tuvo palabras para la fallecida en la misma red social: «Una gran mujer, generosa siempre con la prensa Cristina Macaya».

«Es muy significativo que haya decidido morir y ser enterrada en Mallorca», remarcó el galerista Pep Pinya, en alusión al aprecio que sentía Macaya por la Isla y todos los esfuerzos que volcó en ella. La define como una mujer de mente abierta, de mucho mundo, muy amiga de sus amigos y, ante todo, generosa: «Mallorca ha brillado un poco más gracias a todo lo que hizo».

En ello coincide en destacar el coleccionista y mecenas de arte Joan Guaita, para quien Macaya era un «‘leitmotiv' para la sociedad mallorquina». Destaca, entre otras cosas, sus particulares fiestas, que llegaron a convertirse en un punto de encuentro, en el que convergían referentes de todas las esferas: desde políticos, premios Nobel, artistas, pintores, literatos, pintores, «algo poco visto en la isla», puntualiza Guaita, y que logró, además de risas y buenos recuerdos, construir sinergias entre diferentes esferas. «Su puerta estaba abierta a todo el mundo. Ha sido una anfitriona excelente y, sobre todo, muy nuestra, muy comprometida con Mallorca», destaca el coleccionista, quien fue uno de los primeros invitados a las fiestas de Macaya en Mallorca, tras la exposición del popular fotógrafo suizo Gunter Sachs, hace ya más de treinta años.