Claudia Marcos, en su tienda. | Click

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Claudia Marcos es la propietaria de la boutique sexual de mismo nombre ubicada en Palma. Un lugar en el que se venden complementos y juguetes sexuales.

¿Quién manda hoy en este mundo?
Sin duda, Satisfyer. Y no me refiero al succionador, sino a todo lo que fabrica. Con decirle que hasta fabrica masturbadores para hombres. Vamos, que se está comiendo el mercado.

¿Y tras él?
Pues a tenor de lo que vimos hace dos semanas en un multitudinario tuppersex que se hizo en un hotel, el estimulante-vibrador ZZ, un gel que se aplica en la zona genital ¡Increíble su efecto! Tanto para ella como para él.

¿Cómo son sus clientes?
Los hay jóvenes, maduros y mayores. Los hay que vienen solos, los hay que entran en grupo para comprar un regalo, como el otro día que llegaron juntos varios jóvenes, de unos 18 años, para comprarle un Satisfyer a una amiga. Los hay que llegan en pareja, y a veces solo entra la mujer mientras el marido se queda fuera. Y también hay gente más o menos mayor.

Por ejemplo, ¿Qué compra un matrimonio o una pareja?
Por norma general, estimulantes para ella y retardantes para él. Y es que si antes el hombre iba más al aquí te pillo aquí te mato, ahora es más partidario dar placer a la mujer, por eso compra retardantes, o anillos, para aguantar más. Claro que a veces puede darse el caso de que quiera aguantar tanto que termine perdiendo la erección. Y cuando se hacen mayores, y la erección ya no es como la que era, él suele pedir juguetes y lubricantes para ella para que le ayuden en la penetración.

¿Se siguen usando las bolas chinas o vaginales?
Sí, claro. Ella se las suele poner un rato como estimulante… Y también cuando quiere que su pareja esté cerca. Lo digo porque si él, por ejemplo, la llama por teléfono por cualquier cosa, y ella le dice que las lleva puestas, el otro se pone como una moto… Eso si no lo deja todo y va a su encuentro…

¿Tiene buena salida la lencería?
No tanta como antes, pero sí más que los disfraces eróticos. Como los de camarera, enfermera, policía, …. ¿Y sabe una cosa? Pues que los hombres, por norma general, a la hora de comprar lencería o un disfraz, dudan… Y es que suelen desconocer la talla de su pareja. Lo único que puede que controlen de ellas es el tamaño de sus pechos, pero no la talla… De ahí que algunos, a fin de que me haga a la idea de cómo son, me la muestran en las fotos que lleva de ella en el móvil, y así, a ojo, calculamos.

¿Usted cree que este país no funciona lo bien que debiera porque sus gentes no hacen el amor a menudo?

-No lo sé… Pero es evidente que, en general, no lo hacen a menudo. Porque si lo hicieran más, mejor iría país. Y es que a través de la sexualidad bien entendida las cosas se suelen hacer mejor, entre otras cosas porque el hacer el amor te estimula todo lo que sea compartir y el conectar mejor con uno mismo

¿Qué otras curiosidades se dan en una boutique sexual?
Pues que, de un tiempo a esta parte, algunos creen que además de juguetes sexuales, facilitamos compañía. Sí, algunos nos llaman pidiendo si les podemos proporcionar una chica. Naturalmente, le decimos que no.

¿Cuándo se vende más?
A medida que hace calor y nos vamos desprendiendo de prendas de vestir. Porque lo que es en invierno, con el frío y con tanta ropa, las ventas descienden. O no son como las de primavera - verano.